domingo, 16 de octubre de 2011

Los errores que cometí

Hoy toca un post personal. Os lo debo. Nada de cine, nada de trabajo... hoy toca hablar de mí. Ya lo echaba de menos, y seguro que vosotros también.

Con el paso de los años, del tiempo, de quizás cierta madurez y/o sentimiento de responsabilidad te vas dando cuenta que, como cualquier ser humano, que no es perfecto, cometimos algunos errores. Sabemos que son errores porque ha pasado el tiempo, ahora con la perspectiva del mismo tenemos licencia y sabiduría para comprobar si las decisiones tomadas o no fueron acertadas, bien porque nos obligaron a pasar una mala época o bien porque nos hemos dado cuenta que gracias a ellos perdimos mucho tiempo, y el tiempo, como siempre he dicho, es oro.

Pensaba relatar y poner en orden todos los errores que cometí, del primero al último, del más importante al menos, pero luego he pensado que el post sería interminable, algo aburrido y sobre todo tristemente auto tortuoso, así que he aquí escritos algunos errores que cometí y de los que, de volver atrás, evitaría.

IRME A MADRID

Llevaba dos años en la escuela de arte dramático y me iba muy bien. Sentía que había encontrado mi sitio y que aquel era mi lugar y aquellas sus gentes, pero me tentó la inexperiencia, las ganas de tirar por el camino rápido y los sueños de triunfo. De la noche a la mañana pensé que en la capital debían descubrir "mi inmenso talento" y en poco menos de una semana decidí dejarlo todo y marchar a la ciudad de los cinco millones de personas.

Irse a Madrid es un tostón, primero porque es una ciudad muy grande, fría y amenazante y segundo porque, ¿a quién se le ocurre ir a Madrid a buscar fortuna... ¡¡¡sin contacto alguno!!!? Así que llegue a Madrid lleno de ilusión, encontré un piso divino y me puse a escribir como un loco, a mandar guiones a todas las productoras... y a salir por los sitios de moda que frecuentaban todos los que admiraba, o sea, los que se dedicaban al cine y eran reconocidos.

A las tres semanas más o menos me di cuenta que aquello era prácticamente imposible, primero porque todo hay que decirlo, yo ahora tengo cara y valor, antes no, y segundo porque para dedicarse al cine, al teatro o a pintr hay que ser MILLONARIO, sí, sí, lo que estáis escuchando, para dedicarse al arte al cien por cien hay que ser millonario. Se necesita mucho tiempo para pintar, escribir o actúar, para hacer contactos, para salir donde todos se reunen, para patear productoras o castings, galerias de arte... o sea, si haces todo esto y no tienes un duro ¿de dónde vienen los ingresos?

¡Bingo! Si no tienes ingresos no puedes hacer esto, puesto los trabajos generalmente son 8 o 10 horas diarias y luego de esas horas de trabajo, ¿quién tiene tiempo y ganas para patearse toda una ciudad para buscar contactos, escribir, ir de productoras y tal y tal? En fin, a las tres semanas ya había conocido a mucha gente, pero la mayoría de ellas eran SNOBS con ínfulas artísticas que se podían permitir lo que yo no me podía permitir ni de lejos, pues el dinero para el viaje empezaba a agotarse... así que al mes más o menos conseguí trabajo en una cafetería.... luego de grabador de datos... más tarde de relaciones públicas... tiempo invertido en trabajar para otros, pero no para trabajar en mi y en mis sueños... cierto que contacte y tuve algunos trabajos relacionado con lo mío (lector de guiones, participaciones en cortometrajes, dos o tres trabajos mal pagados en el cine....), pero esos trabajos y esas ilusiones eran un grano de arena en toda la playa que configuraba mi ilusión y mis sueños.

¿Resultado? Que a los cinco o seis meses ya estaba más quemado que el cenicero de un bingo, ojeras, poco tiempo para dormir, fustración.... alguna que otra noche absurda en locales absurdos con personajes absurdos... caminatas, soledad.... prisas... Ningún objetivo.

Me volví a casa con una mano delante y otra detrás, me volví a matricular en la carrera al año siguiente pero ya había perdido el ritmo. Por un lado sentía que todo lo que nos enseñaban en la escuela era mentira, pues la realidad era muy diferente y yo la había vivido, y por otro lado perdí complicidad con muchos de mis compañeros y profesores. Siempre he pensado que de no haber marchado para Madrid habría terminado la carrera tal y como me propuse cuando me matriculé en ella.

Todo error tiene una parte positiva. ¿Lo mejor de Madrid? Haber conocido a dos personas que son unas de mis mejores amigas; Gema y Esther... pensándolo bien es un buen precio para un error. De otro modo nuestros caminos no se habrían encontrado jamás.

IRME DE BARCELONA

Si es que era gilipollas, de verdad que no hay nada como ser joven, dejarse llevar por los impulsos y no esperar a un día mejor. Fué a mi segundo año de estar ahí, mira que había pagado los estudios del tirón, o sea, que no tenía la necesidad como el año anterior de trabajar tanto para fragmentar los pagos... pues nada, me salió trabajo, más horas que el año anterior encima... y yo pensaba que podía con todo, que mi deber era trabajar y estudiar, cuando en realidad había ido para estudiar y trabajar tampoco tenía la necesidad de trabajar tantas horas... pues bien, el segundo año de estudios, el más importante me encuentro, gilipollas de mi, con el siguiente panorama;

De lunes a viernes. Levantarse a las siete menos veinte de la mañana. Entrar a trabajar a las ocho. Salir a las tres de la tarde. Volver a casa. Llegar y comer a las cuatro. Echar una siesta de media hora. Levantarse a las cinco menos veinte. Tirar para las clases que empezaban a las seis. De seis a diez y media asistir a clase. Y de diez y media a once y cuarto cabecear en el metro, deseando llegar a casa, cenar, irme a dormir a eso de las doce o doce y media... y volver.

Y el sábado; trabajar, trabajar y trabajar.

Domingo; también trabajar, muchos de ellos, pues mi trabajo se podía hacer en festivos.

Total que allí estaba yo, en mi segundo año de estudios, el más importante... dedicando un tiempo mínimo a ellos, trabajando todos los días... cansado el domingo, y el lunes vuelta a empezar. Cuando me quise dar cuenta ya era Mayo, iba muy atrasado con los proyectos en clase, apenas había rodado ni preparado mis cortometrajes, aislado completamente de amistades, pues no tenía tiempo.... total, que en una neura que me dio dije (Si esto es así... ¡me vuelvo a Málaga!) Y me volví!!!!! Totalmente agobiado... confundí mi necesidad imperiosa de descansar y relajarme con la necesidad vital de volver a casa y abandonar mi estancia en Barcelona.

No me di cuenta de mi error hasta pasado un cierto tiempo, año y medio o así. Cuando de pronto me di cuenta que mi vuelta había sido un paso en falso, un craso error, pues en Barcelona había más oportunidades que en Málaga y quién sabe si ahora no tendría más proyectos terminados y producidos de haberlos rodado en Barcelona con ayuda y producción catalana.

Cuando quise volver a Barcelona ya me había adaptado de nuevo a mi vida malagueña; estudios nuevos que me iban muy bien, nuevos amigos encontrados y algunos viejos re-encontrados, la comodidad del hogar... las juergas nocturnas.... el sentir, como he dicho anteriormente que Málaga era mi sitio y no otro.

Regrese a Barcelona por cinco días después de cinco años. Demasiado tiempo... y como dice la canción de Sabina "nunca regreses a aquel lugar en el que fuiste feliz", al menos no esperando encontrar motivaciones antiguas. Fué un error.

UNA RELACIÓN FANTASMA

Basicamente consiste en que conoces a una chica, te cuenta una milonga, te la crees y luego descubres que todo es mentira, ojo, no el amor de esa chica, que nunca dude, sino lo que toda esta chica te ha ido contando desde el día que la conociste hasta el final. Luego ya vienen los problemas, la chica no quiere dejarlo pero tu si, a la chica se le va la pinza y tu quieres salir de eso, y vienen los problemas, más mentiras, las amenazas, que si esto, que si lo otro... Un año queriendo a una persona que se había inventado así misma de la noche a la mañana. Cosas que te descuadran, miedos para que no vuelvar a ser un simple peón en su vida.... y así, entre una cosa y otra un tiempo maravilloso perdido, un rencor que para que engañarnos te hace más fuerte, no digo que no, pero no hace que recuperes un año en el que pensaste que por fin habías conocido el amor verdadero.

Mira que ha pasado tiempo, mira que lo he pensado.... pero esta relación no me ha traído ni me trajo nada positivo, quizás el haber aprendido a no fiarme de nadie, a menos de primeras, y quizás también el haberme enseñado lo que deseo y quiero del amor y lo que no. Que ojo, no es poca cosa, pero sufrir para llegar a estas conclusiones pues como que no, ¿no?

Y estos son mis tres mayores errores cometidos. Mea culpa.

Nadie es perfecto.