martes, 25 de mayo de 2010

Yo que era...

Yo que era amante fiel de películas de silencios y de filmes cuyos directores tenían (y tienen), nombres impronunciables...

Yo que era enorme defensor de un cine diferente, hecho por pocos para otros pocos...

Yo que era mortalmente sensible y receptivo a planos secuencias donde la cámara, detenida, podía pasarse media hora observando el cielo, un rostro o una mano...

Yo que sucumbía a los encantos de cines franceses, italianos, rumanos, yugoslavos, coreanos...

Yo que amaba por encima de todo una película a cuyo empezar se podía leer "ganadora de la palma de oro en Cannes"...

Me he dado cuenta, esta semana, que soy un "director" para y por el público. O al menos eso me dicen.

¿Es la rebelión de un antiguo gafapasta? ¿La pataleta de un niño mimado que se cansó de observar la poética de la vida en imágenes lentas y preciosas? ¿Son dos años de escuela de cine tirados a la basura?...

Sea lo que sea... nada más orgásmico en estos mismos momentos que leer o escuchar de boca de conocidos y desconocidos... "me he reído mucho con lo que has hecho..."

Provocar la risa... provocar el olvido... provocar divertimento... nada más alejado de mis primeras intenciones... nada más cercano a lo que quiero hacer, con todos, en estos momentos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Imágenes y sonidos que nos traen recuerdos de otros tiempos.

A Lucía. A Mar.

Esta noche he vuelto a ver "El paciente inglés", una de mis películas favoritas desde el primer momento que la vi. Película que muchos odian y otros denostan por el mero hecho de haber ganado, en sus tiempos, nueve Oscars de Hollywood.

Volver a verla a sido curioso por dos motivos;

El primero de ellos es que he descubierto cosas nuevas, significados de las tramas y los personajes que se me escapaban por que era más pequeño y no podía llegar a entender todo lo que la película cuenta. Digamos que me cautivo su historia de amor y algunas de sus imágenes, y hoy me han cautivado esas mismas cosas y otras cosas más, como por ejemplo entender que el personaje principal nunca se había enamorado de verdad, pues piensa que el amor es fatal pues implica un sentimiento de posesión, y cuando se enamora de verdad descubre que está dispuesto a amar cueste lo que cueste, a dejarse llevar aunque el dolor y la resignación impregnen el camino del deseo.

El segundo motivo por el cual ha sido curioso volver a verla es que su visionado me ha hecho recordar otros tiempos, volver a momentos pasados que ya están guardados en mi memoria y el tiempo, a pesar del espacio transcurrido, no van borrando... sino que presenta estos recuerdos nítidamente y hace que, simplemente, los añore.

Lucia y yo vimos "El paciente Inglés" hace ya mucho años, creo que allá por 1996, en un sesión matinal, en el Ámerica Multicines, un sábado por la mañana. A los dos nos encantó el film y los dos solíamos hablar de él como una grata experiencia tanto visual como profunda que habíamos vivido. Nunca he vuelto a sentir aquel enorme placer de ir al cine simplemente para descubrir nuevas experiencias y dejarme llevar por la película que estaba viendo. Nunca jamás como en aquella época adolescente. Cada sábado por la mañana, Lucía y yo camino del cine... comprar dos entradas, esperar a que el film comenzasé y ver la película. Salir al mediodía, despedirnos... y volver vernos esa misma tarde para seguir viviendo juntos una existencia que a veces se hacia compleja... hasta solitaria, por mucho que estubiésemos acompañados por nosotros mismos... o por otros más.

Tiempo después volví a ver "El paciente Inglés" con Mar. Jamás pensé que aquellas escenas fílmicas de tardes amorosas en habitaciones de hoteles, tal y como se ve en la película, con atardeceres extraños y melódicos, y sonidos del exterior, se pudieran llegar a hacer realidad en mi vida propia. Así que, por un lado, lo que estaba viviendo lo había visto ya en la pantalla, y por otro lado, entendía, gracias a esa película... que el amor en la intimidad se disfrutaba mejor, que dos personas pueden llegar a amarse y a odiarse entre cuatro paredes... que un gesto desnudo y una mirada... puede ir a acompañada de una risa y una caricia. Y que para amar debemos estar dispuestos a renunciar a muchas otras cosas. Que un corazón solitario lo es hasta que se da cuenta que está preso en otro... y ese día, por mucho que no queramos, ya no hay vuelta atrás. La pasión se desata. Los sentidos se pierden. Bailas al mismo ritmo. Todo, todo, todo... es como una hermosa película que ya, con la distancia y el tiempo asumidos, puedes volver a vivir una y otra vez en tu memoria. Cómo un secreto que solo tu conoces.

Desde estas veces he vuelto a ver muchas mas "El paciente inglés", y siempre me han acompañado las mismas sensaciones, asi que esta noche, no iba a ser menos.

Hay grandes secuencias de "El paciente inglés" que me ponen literalmente los pelos de punta. Pero hoy, sólo hoy, he entendido que el amor que cuenta y narra la película existe de verdad, pues yo lo he vivido en un par de ocasiones con la fuerza poderosa de un terremoto que lo descolocaba todo, para, después de un tiempo gozoso de amor, dejar escombros y un recuerdo imborrable de aquello que fué.

"El paciente inglés"... que gran película. Y cuantos recuerdos de momentos y personas que a veces hecho de menos.

Hoy me siento un poco más mayor, la culpa la tiene el recuerdo y el haberme dado cuenta que soy el mismo... pero mis ojos ya no lo son. O mejor dicho; mis ojos son los mismos de siempre, pero ya veo y observo con la perspectiva de un tiempo pasado, con la mirada plácida y segura de aquel que se da cuenta que todo tiene un momento y un porqué. El significado siempre se encuentra después, siempre...

Aún espero a Hana para hacerle un camino de velas. Para que solo ella y nadie más, pueda observar la belleza de unos frescos pintados en las paredes de una vieja iglesia.

Por "El paciente inglés".

martes, 11 de mayo de 2010

UNIVERSO ALMODOVAR

Un lector de mi blog me dice que hable sobre Almodóvar.

Pues bien; he aqui mi respuesta.

El universo de Almodóvar tiene el mismo efecto que el universo de Fellini, si de entrada, al ver sus películas, te las cuestionas demasiado, ya estás perdido. No entras en el juego. No podrás disfrutar. Así que lo mejor para ver los filmes de este director es dejarse llevar. Dejar que poco a poco su particular visión del mundo te vaya seduciendo poco, y si no lo consigue, al menos debes tener una visión libre de prejuicios para saber que lo que estás viendo y oyendo no se parece en nada a lo que ya has visto o puedes ver.

El Almodóvar de los años 80 me deja frío, totalmente indiferente. Me parece un cine carente de ritmo y sentido. Torpe y disfuncional. Provocativo en el sentido más pobre y rebuscado de la palabra. "Átame", "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "La ley del deseo"... filmes aburridos y amateurs que el único mérito que tienen es el haber sido realizados para buscar un estilo que será encontrando muchos años después, casi a mediados de la década de los noventa. De la etapa años ochenta solo me gusta "¿Qué he hecho yo para merecer esto?", toda una joya "cañi" que homenajea al mejor cine de Berlanga y Azcona de los años sesenta.

Principios de los años 90. "Tacones lejanos" y "Kika". Dos propuestas arriesgadas pero fallidas. La primera de ellas por ambiciosa, la segunda por ridícula.

Pero algo pasa en el año 1995... Almodóvar filma "La flor de mi secreto", y de pronto, quizás de tanto buscar y experimentar, halla un estilo, o un ápice de este que se verá cúlminado algunos años después. "La flor de mi secreto" es el mejor guión de este director. Una historia hermosa sobre una mujer que muere por amor; una escritora de novela rosa que escribe con pseudónimo... una mujer madura que se enfrenta a una crisis matrimonial sin precedentes. "La flor de mi secreto", es una historia sobre la soledad y el volver a los orígenes, a los recuerdos... hermoso papel también el de Juan Echanove, un simpático "pagafantas" que se convierte en la mejor amiga de la escritora, Amanda Grís.

"Carne trémula" es una obra inmensa (aunque llena de defectos), que cojea por un enorme fallo de casting, Liberto Rabal como uno de los protagonistas principales, uno de los peores actores que el cine español ha dado en las últimas décadas. "Carne trémula" es un film noir que homenajea el sentido estético de un cine ya pasado de moda y algo caduco, los grandes melodramas de los años 40 y 50. Con una introducción memorable y un final no menos impresionante, "Carne trémula" es una de las mejores películas de Almodóvar, que curiosamente fué su obra más denostada tanto por crítica como por público.

En el año 1999, Almodóvar filma la que es (y de seguro será), su obra maestra por los siglos de los siglos, "Todo sobre mi madre". Un filme hermoso y lleno de matices que trata sobre la amistad, la soledad, y la aceptación. Con un uso prodigioso del montaje y un guión certero y directo, Almodóvar nos regala hora y media de auténtico cine, envuelto en las habituales temáticas de este autor pero mucho más depuradas... más inclinadas hacia el lado serio.... sin por ello perder el ápice de humor que tan genialmente caracteriza a este director. A destacar la inmensa fotografía y el excelente reparto, quizás el mejor reparto de un film español hasta la fecha; todos los actores están inmensos, todos... sobre todo las mujeres... si esta película no te emociona es que; o eres de piedra o no estás preparado para dejarte llevar.

Tres años más tarde rueda "Hable con ella", Oscar al mejor guión original, ahí es nada... y sería "ahí es nada" si este film tuviera algo bueno que aportar. Elegida como la mejor película de la primera década del siglo XXI por muchos críticos, tengo que deciros que está película me dejó frío la primera vez que la vi, y los sentimientos, tiempo después, siguen siendo los mismos. Con un guión ridículo, unas interpretaciones forzadas y una absoluta falta de ritmo, "Hable con ella" es el film que Godard o Antonioni hubiesen rodado si ellos hubiesen sido Almodóvar. Escenas sonrojantes y una justificación de juzgado de guardía para hablar del amor; ¡¡¡ que un efermo psicótico viole a una enferma en coma! Todos ven en esto un acto de bondad y de amor... yo veo en esto el acto de un enfermo. Un film pésimo. Y del momento Caetano Veloso ni hablar.

"La mala educación" tiene muchos puntos en común con "Carne trémula", es de nuevo un film noir, de una puesta en escena elegante y ajustada, con un sentido fatal que recorre la obra desde el primer hasta el último fotograma. Lo grande de "La mala educación" es su estructura, una película, dentro de otra película... y algunas de sus interpretaciones. Es una historia negra y pesimista, sin concesión alguna... una trama que recorre el lado oscuro del ser humano, su ansía de conquista, venganza y poder. "La mala educación", otro de los "fracasos" de Almodóvar es una de sus mejores películas. Se aparta de sus habituales historias y contenidos... para hacer de esta nueva propuesta algo interesante y hermosamente artístico.

"Volver" es, según mi opinión, la segunda obra maestra de Almodóvar, aunque no llegue ni de lejos a su obra magna "todo sobre mi madre". "Volver" es una vuelta de tuerca más al sub-realismo "made in spain", sólo que esta vez la historia está envuelta en una narración hermosa sobre las relaciones entre madres e hijas, una trama divertida y poderosa que pone los pelos de punta por la gran veracidad de lo que se está contando. Con momentos enormemente cómicos y otros de una sensibilidad extraordinaria, "volver" se convierte en una propuesta indispensable para entender el antes y el después de este director. Mejores actrices y mejor guión en el festival de Cannes, más cinco goyas todos ellos más que merecidos.

Y "Los abrazos rotos" cierra por el momento la lista de películas de este autor. "Los abrazos rotos" ha sido, de nuevo, un gran fracaso... y la verdad es que no entiendo por qué. Y es que cuando Almodóvar se pone serio, nadie, valga la redundancia, parece tomárselo de la misma manera. "Los abrazos rotos" es una historia poderosa de amor... de amor al cine, de amor carnal y de pasión entre dos personas que desean estar juntos por encima de todas las cosas. "Los abrazos rotos" tiene momentos de ABSOLUTA BRILLANTEZ; Véase el momento de confesión en el bar del papel que interpreta Blanca Portillo, o la delicada y hermosa escena en la cual Jose Luis Gómez tira por las escaleras a Penélope Cruz, para luego tomarla en brazos y llevarla al hospital... más otros momentos impagables que hacen de este film una propuesta curiosa y algo complicada... que será reconocida dentro de muchos años como lo que es; un gran film.

Soy consciente de que el cine de Almodóvar también tiene sus defectos; personajes poco creíbles, líneas de diálogo totalmente sonrojantes, efectos dramáticos re-buscados y vacíos argumentales o gratuitos que invaden los filmes para no se sabe muy bien que función...

Pero Almodóvar es único; tanto como lo fueron Fellini, Buñuel... y si me apuran, HASTA BILLY WILDER, director que filmaba películas totalmente reconocibles hasta para el público que era ajeno a sus obras. Por esto, y no por otra cosa, considero que Almodóvar debe ser reconocido como un autor cinematográfico de altura y renombre; tiene estilo... un estilo que no se ha vendido a lo largo del tiempo, no se puede decir lo mismo, por ejemplo, del Señor Medem, o del señor Amenabar... pero ahí sigue Don Pedro de la Mancha... regalando obras fílmicas únicas y con sentido... llenas de sentimiento, abiertas de par en par para todo aquel que quiera descubrir una visión diferente sobre las múltiples realidades que nos rodean.

Un abrazo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Tres años con vosotros.

Tres años de mi blog. Se dice pronto, oíga.

Tres años hacen un total de 36 meses, traducidos en alrededor de 450 entradas, algunas más lúcidas que otras, no digo que no... pero al fin y al cabo entradas, llenas de historias, sentimientos, miedos, ilusiones... Y amor. Mucho amor.

En este blog he hablado de todo lo que quería hablar y más; He narrado mi pasión por el cine, mis historias de amor realizadas... mis anhelos de las imposibles. He relatado cambios bruscos en mi carácter y mis decisiones, he confesado miedos y secretos... he buscado un significado oculto a los misterios del día a día.

Este blog ha marcado el comienzo de una etapa y el final de otro. Comencé a escribir este blog pocos días después de haber regresado de Madrid, la que considero como última experiencia vital para entender donde he ido a parar, lo que soy ahora mismo... y lo que espero ser.

En tres años de escritos he tenido tiempo para crear amigos y enemigos (o críticos fieros) a partes iguales. He escrito post que han despertado ampollas en algunas personas... he escrito otros que han creado alegría, esperanza... nuevos encuentros entre personas que, aunque muy queridas por mi, ya no estaban a mi lado.

He dedicado tiempo a mi pasado y a mi presente... Y he guardado un poquitín de espacio para imaginar o desear un futuro.

He escrito poemas de amor con la ilusión de que pudiesen ser leídos y entendidos por la persona aludida. He utilizado este pequeño espacio personal para decir, a viva voz, lo que nunca me he atrevido a decir de tu a tu.

He escrito para borrar imágenes y sentimientos. Para sacar la ira escondida con el fin de hacer el menos daño posible. Para hablar de aquellas perdidas de tiempo, de aquellos huecos vacíos que alguna que otra historia malograda dejó en mi interior.

Y he narrado algunas veces por la simple necesidad de sentirme un poco más acompañado.

Llevo tiempo acordándome de mi Amiga y querida Arquera Saray, ella cerró recientemente su blog pues decía no sentirse identificada ya con la persona que empezó a escribirlo. Yo a veces tengo la misma sensación. Leo posts antiguos y apenas me reconozco. Esas penas y esas alegrías que hace tiempo me preocupaban o me causaban esperanza ya han desaparecido y han dado lugar a otras nuevas, más escasas en número pues la estabilidad conseguida han apaciguado lentamente mi carácter cambiante y combativo, de culo de mal asiento... y es por eso que muchas veces siento que no tengo nada que contar, a no ser que quiera volver a antiguos fantasmas... o a antiguos recuerdos... y relatar de nuevo lo que he relatado un millón de veces.

Mi vida actual cada vez es más serena y tranquila. Los conflictos o bien son menos o bien los voy tomando como pequeñas cosas del destino, disfracciones latentes que no requieren tanta importancia desde mi parte, pues si algo he aprendido con el tiempo es que los problemas, las cosas malas, esos sentimientos que nos pesan... son de esa forma porque queremos, porque no sabemos separar y ser sinceros con nosotros mismos para decir; Basta... el mundo no se acaba aquí.

La vida sigue, amigos míos... Las cosas fluyen... y lo que ayer era una cruel batalla hoy es nada más que un leve sobresalto que dura lo que dura un suspiro. Nada.

Ya no hay poemas de amor que dedicar, al menos por aquí. Ya no hay recuerdos de un pasado perfecto en el caos...pues yo pensé que la curiosidad dada por esta situación era lo mejor que uno podía tener, sobre todo para no caer en el aburrimiento, en la monotonía.

Ahora sé que todo conlleva un orden y un tiempo. Quizás, puede ser también... ya no le guardo rencor ni a nada ni a nadie. El tiempo pone a cada cosa en su sitio, esa era mi esperanza... la gran revelación ha sido que, si el tiempo pone cada cosa en su sitio, ya no tengo tiempo ni ganas de saber cual es este sitio. No me importa. Que se quede allí que yo... me quedo aquí.

Se van cerrando etapas y momentos. La libertad cada vez está más cerca. Pero la libertad no es hacer lo que deseas... la libertad es saber que venga lo que venga, tengas lo que tengas... es sencillamento por motivo de un proceso que se llama vida. Hay que aceptar. ¿Intentar cambiar? No... sólamente adaptarse, disfrutar... y no comerse mucho el coco con asuntos que, ni en cien años de soledad... podrían tener solución alguna.

Ahora tengo ganas de reír y de amar. Ahora tengo ganas de recordar sólamente cuando lo deseo... y no cuando me reconforta para huir de sucesos y situaciones presentes.

Seguiré escribiendo... os seguiré contando.... pero teneis que saber que después de tres años, no soy el mismo, y en eso no os puedo engañar, ya que siempre habéis sido fieles. Luego yo también tengo que serlo con vosotros.

Un abrazo a todos.

Gracias.

martes, 4 de mayo de 2010

¿Por qué son grandes algunas películas?

¿Por qué son grandes algunas películas? ¿Qué las hace especiales, únicas, geniales?

Llevo mucho tiempo pensando en esta pregunta, aproximadamente unos diez años. Hoy creo que tengo una respuesta para ello.

Algunas películas son grandes e inmensas porque tienen ciertos detalles pequeños e insignificantes que las llenan de vida. Esa es la razón. Y el presupuesto, los actores, la fotografía, la música... tienen poco que ver con la grandeza o no de una película. Son los detalles... Los pequeños detalles.

En "Las uvas de la ira", de John Ford, Henry Fonda entra a la antigua casa donde hasta hace algunos años vivian todos los miembros de su familia. Ahora la casa está llena de polvo, vacía, oscura... Henry Fonda enciende una cerilla y su rostro se ilumina poderosamente en la pantalla. No hay nada más; solo el rostro del actor, una cerilla y el efecto que la luz produce al incidir en su faz. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "El padrino II" Michael Corleone le pregunta a su madre casi en un susurro; "Mamá, ¿qué pensaba papa dentro de sí?. Su madre y él están sentados alrededor de la chimenea. Coppola los filma de espaldas. Después de esta pregunta hay un silencio extenso... sólo oímos el crujir de la leña. La madre mira a Michael y le responde. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "centauros del desierto", en cuanto terminan los títulos de inicio se ve un plano totalmente oscuro, y de pronto, de espaldas, vemos a una mujer que abre la puerta. La silueta de la mujer se observa a contraluz. Tras la puerta, la inmensidad del Oeste Americano. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "West Side Story", María, la protagonista principal, espera a su amado en la azotea de su edificio. Un golpe de viento suave golpea su cara. Suenan los compases instrumentales de la canción "María" y ella, como por arte de magia, improvisa unos tímidos pasos de baile junto a un viejo tendedero cuyas ropas son mecidas por la suave brisa. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "los abrazos rotos" de Pedro Almodóvar, Jose Luis Gómez toma en brazos desde el suelo a Penélope Cruz, (segundos antes la ha empujado por la escalera y ésta a caido rodando por ellas, teniendo un golpe tremendo). Juntos comienzan a caminar hasta la puerta de la casa. Almodóvar filma esta escena de espaldas. En un cerrado plano medio. Los dos personajes avanzan hasta salir al exterior. Segundo antes, el personaje de Penélope, se muestra débil... y se puede percibir, aunque no se ve, un amago de caricia. O quizás de acercamiento. Un dealle pequeño. Mágico. Intenso.

En "Ocho y medio" de Fellini, Guido observa a Claudia en una casa abandonada donde han ido a refugiarse, huyendo del cine donde se proyectan las pruebas de la película que está rodando Guido. Claudia lleva dos candelabros y comienza a caminar. Su recorrido no está claro, la cámara de hecho así lo muestra... lo que si está claro es la sensación que este plano nos produce; Claudia parece flotar sobre el aire... Ella es una fantasía. Un fantasma en la mente de alguien que la ha creado a su imagen y semejanza. Un detalle pequeño. Mágico. Intenso.

En "Gente corriente", Madre e hijo tienen una conversación extraña y sin sentido en el jardín de la casa. Ella es fría y repudia a su hijo. El quiere un poco de cariño. Madre e hijo comienzan a hablar, a pisarse uno a otro... no hay coherencia en el diálogo que están manteniendo. Están solos. El uno. El otro. Un detalle pequeño. Mágico. Intenso.

En "El eclipse", Vittoria y Piero están cruzando un paso de peatones. Al principio él le dice a ella; "cuando lleguemos a la mitad, te besaré". Siguen caminando y llegan a la mitad. Una vez están allí se miran. Durante un instante los dos tienen miedo de demostrar sus sentimientos. No se besan. Siguen caminando. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "Los pájaros", la madre del protagonista recoge del suelo unos trozos de tazas de té que han sido destruidas por un ataque de los pájaros. Melanie, la protagonista principal de la película, observa los movimientos de esta mujer con mucha atención. Durante un instante la acción principal se corta para adentrarnos en la mente de uno de los protagonistas. Ahora nosotros somos ella y es por eso que nuestra atención está puesta en una mujer que recoge del suelo unos trozos de porcelana. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "la ventana de enfrente" un anciano con un ataque de demencia senil, golpea la persiana metálica de una antigua tienda y comienza a llorar para, a continuación, deslizar su cuerpo por la persiana y terminar en el suelo, golpeando la persiana con todas sus fuerzas. A poca distancia, los dos protagonistas principales observan la escenas. Están rotos por dentro. Sienten pena. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "El apartamento", al final del film, Baxter le dice a la Sr Kubelick; "La quiero". Ella sonríe levemente y continúa repartiendo las cartas de poker para terminar una partida que dejaron a medias. Baxter la vuelve a mirar y también sonríe. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "Blade Runner", Rachel, sentada al piano, se quita las orquillas que tiene en el tocado. Su pelo cae delicadamente por encima de sus hombros. Deckard la observa a poca distancia. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "Una jornada particular", cuando toda su familia se ha ido fuera de casa para pasar el día, Sofia Loren vierte los restos de las tazas de café en otra taza. Sentada, se permite un momento de respiro... Bebe su pequeña dosis de café y acto seguido recoge la mesa. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "La dolce vita", Marcello observa a su amigo Steiner tocando la Fuga de Bach en el órgano de una iglesia. Durante unos momentos sólo hay un rostro en la pantalla, la belleza de la partitura de Bach y un extraño silencio que parece venir del centro de la tierra, tal y como momentos después dice Steiner. Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

En "Piedras", Leire dice al teléfono mientras pasea por la barandilla de un gran edificio, con la ciudad en la noche como telón de fondo... "Solo te llamaba para decirte que el rumor de la ciudad me recuerda a ti". Un detalle pequeño. Mágico. Inmenso.

Esto hace grandes a las películas.

No hay nada más.

lunes, 3 de mayo de 2010

Una serie de tv

Por azares del destino y esas cosas extrañas que me suelen pasar, ando metido de guionista de televisión en una serie que comienza a rodarse en apenas tres semanas.

Todo empezó el año pasado; la productora había contratado a dos guionistas para que escribieran la historia de la serie, y yo era el encargado de corregir esos textos, hacer indicaciones o simplemente aportar mi punto de vista ante el trabajo realizado.

Mis indicaciones, os juro que siempre constructivas, no eran bien recibidas por los dos guionistas. Siempre he dicho que es complicado y duro que alguien ajeno a tu idea opine sobre ella, pero también es de ilusos pensar que en un proyecto de una serie de televisión, el guión escrito, no pasa por varios filtros, entre ellos un "asesor de guión", como era mi caso.

En fin... que entre "yo haría esto", "yo haría lo otro", "creo que esto no funciona", "podemos probar lo siguiente", los guionistas se fueron mosqueando un poco y el productor de la serie, que tengo que decir siempre ha estado del lado de mis opiniones, pensó que el proyecto no iba a salir bien a menos que los dos guionistas acataran mis evaluaciones creativas.

Durante un tiempo no supe nada ni de los dos guionistas ni de la serie, digamos que, como sentía que no era bienvenido, me escabullí de la manera más caballeresca y decidí que el papel de "hijo de puta que quiere hacer de mi idea otra cosa distinta", se fuera alejando de mi.

Hace dos meses, recibí una llamada del productor de la serie; habían dado puerta al proyecto anterior, y me llamaba para saber si podría escribir una serie nueva y totalmente original sobre una idea que el director de la serie anterior había tenido en las últimas semanas. Al principio la llamada me pilló por sorpresa, me sentía algo culpable por haber sido involuntariamente el culpable de que ninguno de los guiones de los dos guionistas hubiese pasada el filtro de contentar tanto al director como al productor del proyecto.

Durante un par de días dudé, he tenido poca experiencia escribiendo textos con ideas ajenas, y pensaba que tal encargo, aunque interesante de realizar, se podría convertir en un desaguisado tremendo; ya que simpre he supuesto que para escribir uno debía poner su alma, ahora bien... si la idea del proyecto no era mía, ¿cómo poner el alma en todo aquello? Todo me resultaba ajeno, distante... raro.

Dos días me bastaron para aceptar el proyecto. Tuvimos una primera reunión y me explicaron la historia, en el mismo momento se me empezaron a ocurrir ideas, personajes, tramas, situaciones... mi máquina RUM-RUM había empezado a funcionar y ya no sabía como pararla.

Me metí en mi habitación y comencé a escribir aquellas ideas, primero de forma desordenada y caótica, y a continuación traté de asentar en seguro aquel caos maravilloso de idea que había salido de la mente de una persona que me era totalmente ajena.

En el último mes y medio he estado metido de lleno en el proyecto. Escribiendo casi a todas horas, escribiendo, re-escribiendo, tirando papeles y vuelta a escribir.... anudando historias y personajes que poco a poco se han ido convirtiendo en "amigos personales". De pronto me dí cuenta que aquel proyecto ya no me era ajeno... ya era algo mío. He tenido que leer mucho, investigar, ponerme en la piel de personajes que jamás se me habrían ocurrido por cuenta propia... en fin, que de todo esto han salido 67 páginas, (episodio piloto), más tramas para los sucesivos episodios.

Yo mandé el guión con la esperanza de que me mandaran a la mierda, de que me dijeran que esa historia no era la que ellos habían tenido en mente... Quería certificar lo que siempre he pensando; cuando uno escribe una historia ajena no tiene nada que decir.

El caso es que esto no es lo que ha pasado. Han aceptado el guión y esta misma tarde hemos tenido una lectura del mismo con parte del reparto.

Joder, me ha dado un huevo de corte estar ahí. Yo siempre he leído mis cosas con dos o tres actores, pero no con el reparto al completo de una serie de televisión. La lectura ha durado una hora. Una hora intensa y rara dónde me sentía realmente extraño, ya que una lectura de guión no suele engañar, y si has escrito una mierda o algo fallido, los actores te lo haran notar, ya sea de una manera clara o insinuada.

Cuando hemos terminado de leer todo el mundo ha arrancado en un aplauso fuerte. El productor ha dicho, "aquí tenéis al artifice de esta historia", y durante los siguientes cinco minutos alguien venía para decirme que el guión le había gustado mucho y que se había sentido tocado por todo aquello que contaba.

Alguien me ha preguntado un poco más tarde, ¿Cómo coño has escrito esto? ¿Cómo te ha salido?

Y yo sólo he contestado; Es una historia común, de perdedores... de gente que se siente sola y quiere ser importante... de gente que busca cariño.. que quiere ser escuchada. Nada más.

Me encanta escribir, siempre me ha gustado y siempre me gustará. Os juro que no es cuestión de ego, cuando me dicen que un guión mio ha gustado no se me hinchan los huevos de orgullo, (la gente que me conoce de verdad sabe que precisamente orgullo, orgullo... no suelo tener), es simplemente que me encanta notar y percibir que por medio de las palabras, y posteriormente, por medio de unos actores y de una puesta en escena, puedo hacer sentir a la gente aspectos sobre cosas y situaciones que pienso y siento de una manera concreta. Y que estos pensamientos, personajes e ideas, son compartidas.

Yo creo que es lo más grande que tenemos nosotros, "los artesanos del arte" el hacer sentir algo general como una cosa muy concreta. En podernos meter en la mente de otros y decir la verdad para que pueda ser entendida por los demás.

En fin... reflexiones aparte... siento que la experiencia de haber escrito algo ajeno a mi me ha encantado. Me ha aportado nuevos temas y nuevas ideas, una frescura inusual que viene dada, quizás, por la absoluta lejania de todo aquello que he tratado. He mirado a los personajes con ojos de niño pequeño porque no habían salido de mi cabeza, asi que no los he juzgado... simplemente he tratado de hacer lo posible para entenderlos.

Es la segunda serie en la historia de la televisión española que se va a rodar en formato cinematográfico, o sea, película química, el formato de toda la vida.

Me llena de orgullo y alegría ser un granito de arena más en esta empresa tan curiosa.

Mucha suerte para el equipo técnico y artístico de la serie.

Ojalá salga bien.

domingo, 2 de mayo de 2010

AJENOS

Me he dado cuenta que me gustan las películas donde los personajes guardan secretos a los personajes que tiene alrededor, y al final, por diversas situaciones, no tienen más remedio que estallar, y mostrarse frágiles e indefensos, en realidad tal y como son, sólo que se pasan toda la historia intentando que esta fragilidad no pueda ser observada, y o bien la tapan o encuentran maneras hostiles y defensivas de relacionarse con las personajes que tienen a su alrededeor. Esto es una manera de protegerse.

Precisamente dos de mis películas favoritas que tratan este tema terminan de la misma manera. Tanto "en la ciudad" como "tres días con la familia", la última secuencia es una donde vemos al protagonista principal o a uno de ellos que durante una comida, alrededor de todos los personajes que durante la película le han ido acompañando, rompen a llorar sin motivo aparente, para así, en el momento menos inoportuno o menos esperado, cuando ya no pueden más... mostrarse tal y como son, frágiles, indefensos, heridos.

Lea la protagonista de "Tres días con la familia" rompe a llorar en una comida familiar. Cuando las voces de sus seres cercanos y se suponen más queridos, tapan el grito de dolor que este personaje siente por todo lo que está viviendo. Personajes aislados y solitarios que siempre se mueven entre muchas vidas las cuales sienten anónimas y ajenas. Lea rompe a llorar sentada en una gran mesa y todos los demás personajes se le quedan mirando, sin entender muy bien el porque de esa reacción. Solo su padre es capaz de levantarse para darle un abrazo, abrazo que es respondido con una cierta frialdad que demuestra una desconfianza ha sentirse querida y apoyada, ya que Lea se levanta inmediatamente de la mesa y prefiero buscar de nuevo la soledad.

"En la ciudad" tiene la misma escena. "En la ciudad" es la historia de un grupo de amigos que guardan secretos entre ellos mismos, y viven una realidad aparente que todo el mundo comparte, y a la misma vez, viven una realidad secreta e íntima que nadie se atreve a revelar. Al final de este film todos los amigos se reunen para comer e Irene, uno de los personajes más importantes de la historia, rompe a llorar desconsoladamente ante la mirada atónita de todos los presentes. Irene lleva una vida que no quiere, por un lado se muestra conforme y así lo hace ver a sus más cercanos, pero en soledad, cuando nadie la ve, busca una salida, un escape ante una vida que para ella es totalmente anodina y ajena. Irene está casada con el mejor hombre del mundo, un hombre que la quiere. Irene tiene una hija pequeña de ensueño... todo parece perfecto... pero Irene no lo ve así. Se sientre atraída por una mujer y tiene miedo de mostrar sus verdaderos sentimientos, de explicar a los demás, sobre todo a su marido, que su vida de cuentos de hadas no es más que una gran mentira, mentira que ella ha ido construyendo con los años poco a poco.

Por lo tanto, al final de film, e inmediatamente después de que sus amigos le hayan sorprendido con una fiesta de cumpleaños, Irene rompe a llorar ante la atenta mirada de todos. Ese mismo día ha decidido poner fin a su mentira, pero parece que no va a ser fácil. Así que cuando mira a su marido, delante de todos los amigos de ambos, cuando su marido le regala una tierna sonrísa y caricia que todos observan como un acto de amor perfecto, Irene rompe a llorar. No puede más. Debe dejarlo todo y empezar desde lejos. Sin mentiras.

"En la ciudad" y "tres días con la familia" saben retratar perfectamente ese extraño estado donde a veces todos nos hallamos. Ese estado lento y sin sentido que nos hace sentirnos actores secundarios de una vida; la nuestra.

Maravillosos filmes que no me canso de ver una y otra vez. Me gusta la verdad que asoman por sus cuatros costados.

sábado, 1 de mayo de 2010

SOBRE LA AMISTAD.

La gente que me conoce bien lo sabe; por encima del sentimiento amoroso, siempre pongo y evoco el sentimiento de la amistad, siempre lo he preferido.

El caso es que muchas veces he tratado de explicar esta predilección mía con algunos argumentos que, aunque bien pensados, no estaban, al menos así me lo han hecho saber algunas personas, muy razonado, ya que según estas, el sentimiento amoroso era el sentimiento más hermoso y profundo que se podía llegar a tener, y yo siempre he dicho que nada, absolutamente nada, superaba al sentimiento que se da entre las personas cuando entre ellas existe la amistad.

Pues bien; el jueves pasado fuí a ver una obra de mi amiga Rouse y me encuentro, nada más llegar, con una grata sorpresa; en el programa de mano de la obra había impreso un escrito de Montaigne, cuyo tema principal es la elevación del sentimiento amistoso por encima de cualquier otro. Joder, lo que yo siempre he pensado y sentido, escrito y definido magnificamente bien.

He aquí una reproducción exacta del escrito:

DE LA AMISTAD. Montaigne.

En la amistad existe un calor general y universal. Un calor constante y razonado, siempre dulzura y perfección. Jamás amigo de asperezas ni de desesperación. Como mucho, el del amor, no es más que un deseo demente por aquello que huye de nosotros.

Tan pronto como entra en el terreno de la amistad, es decir, cuando se ponen de acuerdo las voluntades, se desvanece y languidece. El goce le pierde, pues su fin es corporal y susceptible de saciedad. Por el contrario, de la amistad se goza a medida que se la desea, nace, se alimenta, y crece en el goce, pues es espiritual y el alma se educa con su práctica.

Así conociéronse en mi estos dos sentimientos, amor y amistad, más jamás pudieron compararse, mantuvo su ruta el segundo, con vuelo altivo y soberano, mirando desdeñosamente al otro que pasaba sus alas muy por debajo de el.

Lo mismo que yo siempre he pensado y pienso. La misma sensación y la misma explicación a este sentimiento, sólo que hasta hace tres días, no supe como explicarlo.

Gracias Señor Montaigne.