sábado, 1 de mayo de 2010

SOBRE LA AMISTAD.

La gente que me conoce bien lo sabe; por encima del sentimiento amoroso, siempre pongo y evoco el sentimiento de la amistad, siempre lo he preferido.

El caso es que muchas veces he tratado de explicar esta predilección mía con algunos argumentos que, aunque bien pensados, no estaban, al menos así me lo han hecho saber algunas personas, muy razonado, ya que según estas, el sentimiento amoroso era el sentimiento más hermoso y profundo que se podía llegar a tener, y yo siempre he dicho que nada, absolutamente nada, superaba al sentimiento que se da entre las personas cuando entre ellas existe la amistad.

Pues bien; el jueves pasado fuí a ver una obra de mi amiga Rouse y me encuentro, nada más llegar, con una grata sorpresa; en el programa de mano de la obra había impreso un escrito de Montaigne, cuyo tema principal es la elevación del sentimiento amistoso por encima de cualquier otro. Joder, lo que yo siempre he pensado y sentido, escrito y definido magnificamente bien.

He aquí una reproducción exacta del escrito:

DE LA AMISTAD. Montaigne.

En la amistad existe un calor general y universal. Un calor constante y razonado, siempre dulzura y perfección. Jamás amigo de asperezas ni de desesperación. Como mucho, el del amor, no es más que un deseo demente por aquello que huye de nosotros.

Tan pronto como entra en el terreno de la amistad, es decir, cuando se ponen de acuerdo las voluntades, se desvanece y languidece. El goce le pierde, pues su fin es corporal y susceptible de saciedad. Por el contrario, de la amistad se goza a medida que se la desea, nace, se alimenta, y crece en el goce, pues es espiritual y el alma se educa con su práctica.

Así conociéronse en mi estos dos sentimientos, amor y amistad, más jamás pudieron compararse, mantuvo su ruta el segundo, con vuelo altivo y soberano, mirando desdeñosamente al otro que pasaba sus alas muy por debajo de el.

Lo mismo que yo siempre he pensado y pienso. La misma sensación y la misma explicación a este sentimiento, sólo que hasta hace tres días, no supe como explicarlo.

Gracias Señor Montaigne.

2 comentarios:

marta dijo...

jueves noche... ventanas abiertas... el verano ya se intuye ... del blog de caye salto al tuyo... veo la entrada con un título, para mí, más que sugerente, "sobre la amistad"... no soy montaigne... con él tendría sólo algo en común: filósofa callejera fustrada, aspirante a humanista, deseosa de haber vivido en el renacimiento, eso sí... pero, para mí, también la amistad es el sentimiento superlativo, el más noble, puro, sincero, hermoso... no sé si es eso de "a falta de panes, buenas son tortas"... creo que no... gracias por estas líneas!
marta

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Gracias a ti, Marta.

Pásate por aquí cuando quieras. Ya estás invitada.

Un abrazo.

Salva.