Hoy escribo este post desde mi viejo portatil. El que tantas veces me ha visto escribir correos, guiones y cv en Madrid... Aquel portatil que esta noche, y después de un par de meses, me sigue pareciendo más cómodo y más "yo" que mi super portatil nuevo.
Esta noche no puedo dormir. Hace tres horas tenía mucho sueño y ahora... Tengo un poco de ansiedad. Ahora que parecia que me había acostumbrado a acostarme a una hora decente... Pero bueno, supongo que es la navidad, este desfase horario de tanta fiesta y reunión familiar... Y sobre todo mis super cenas... No se puede cenar tanto, que luego uno duerme mal.
Hace un ratito estaba en la cama escuchando un poco de música y de pronto me han entrado unas ganas horribles de escribir en mi blog. ¿Sobre qué? Bueno, ha sido escuchando una canción de Pastora lo que ha hecho despertar mis ganas de charlar (escribir) un rato con vosotros.
Esta navidad esta siendo algo extraña.... No mala, eso no, esta siendo una navidad muy familiar, quizás cómo desde muchos años no pasaba.. Pero de pronto, y sin apenas darme cuenta me viene un sentimiento leve de pena y nostalgia. Pena no se porqué y nostalgia por algunas personas y lugares del pasado... Bueno, ya os hable de ello en un post de hace un par de días... No volveré a decir lo mismo... Es solo qué este sentimiento se apodera de mi por algunos momentos y entonces me aisla de mi y de los demás y me lleva a un estado de sueño e inercia dónde los recuerdos acuden al pensamiento a la velocidad de la luz... Y nada, me dejo llevar.
Bueno; iba por la canción de Pastora.
El disco "Pastora" del mismo grupo es mi disco favorito de todos los tiempos. ¿Por qué? Pues por todo; por la letra, por la música, por las canciones...
Todo empezó currando en el carrefour de Barcelona, en la sección de televisiones: teniamos todo el día sintonizado el canal 40 latino y de vez en cuando solía oír una canción que me gustaba mucho, o al menos me llamaba la atención... Pero claro, no le di más importancia.
Dos meses más tarde vi que se había puesto de moda una canción "Lola". Cuando el video clip salía por la tele no podía dejar de mirar y a veces estaba más pendiente de la pantalla dónde ponian esta canción que de los clientes que tenía que atender.
Me quede con el nombre del grupo, "Pastora", y una tarde de invierno me compre en la Fnac del triangule el disco. Esa misma noche lo escuche con mi antiguo lector de cd portatil y las sensaciones que tuve al escuchar todo el disco fué algo maravilloso, dificil de explicar... Esas canciones, esos ritmos y esas letras me hacian soñar con una vida que estaba teniendo en esos momentos... Y los recuerdos verdaderos e inventados se fueron apoderando de mi hasta que ese disco formo parte de mi... Para siempre.
Solía pasear por las calles de Barna escuchando las canciones de ese disco... Y a cada ritmo, a cada nueva nota musical, el mundo de mi alrededor parecía moverse al mismo son del disco. Y un día tras otro, durante muchos meses... Meses que no fueron nada fáciles, el disco de Pastora y su música fué mi mejor amigo en esa ciudad que a veces se volvia cruel... Y solitaria.
Después... Al llegar el verano y cómo siempre, sin pensar demasiado y sin avisar... Me marche. Desde ese día el disco de "Pastora" es el mismo... Pero no es el mismo. Cada vez que lo escucho de nuevo en Málaga ese disco me produce una sensación de teletransportación a un tiempo dónde, bueno o malo... Había algo en mi que se estaba buscando... Y ese algo era yo mismo.
Tiempo después puede quizás que ya me haya encontrado... Pero a veces se echa de menos ese caminar, esa incetidumbre, ese misterio eterno y diario dónde entender o intentar comprender el porqué de un camino sin nombre y quizás sin esperanza me hacia avanzar hacia lo que yo pense que era la felicidad.
Y es que, cómo siempre digo, lo más importante de un viaje no es llegar a destino... Sino moverse hacia él.
Esta noche nada me gustaría más que estar y volver a Barcelona. No por nada ni por nadie... Sí por mi. Muchas noches trato de recordar algunas calles, algunos recorridos, algunas paradas de metro, algunos rostros... Y poco a poco van desapareciendo de mi mente, ya nos lo tengo claro... A veces los confundo y me digo a mi mismo si no serán producto de mi imaginación... Años después olvido algunas cosas... Y cómo siempre me ha dado miedo olvidar... Tengo que recordar... Y que mejor manera de recordar que volver... Aunque sólo sea por unod días, unas horas.... Y quizás, si Dios quiere, mi alma... Y mis ganas... Por un tiempo indefinido que se extenderá hasta el momento que yo quiera y desee.
Se que puedo parecer pesado con este tema... Se que puede parecer que quiero buscar en Barcelona lo que no tengo o no puedo tener aquí, que no es así... Pero no se, a veces me es dificil explicar lo que esa ciudad significa para mi... Y siempre, las palabras se quedan cortas... Así que imaginad lo que puedo llegar a sentir hablando de Barcelona.
Ayer le dije a Maribel, la Madre de Chabe, que de Enero o Febrero no pasa.... He de ir, aunque solo sean un par de dias. Volveré... Paseare por sus calles... Vere a rostros conocidos que empiezan a olvidarse... Iré a todas esas paradas de metro y calles que me recuerdan a algo... Volveré a desayunar en ese bar del Raval, dónde escuchando y no hablando aprendí tanto de cuerpos y voces ajenas.... Voces y cuerpos llenos de historias. El Raval, ropas tendidas de balcón a balcón... Sol de media tarde.... Canciones y voces lejanas que salen de todos esos pisos dónde gente con sueños de bohemia y libertad crean para sentirse un poco más cerca de lo que soñaron ser.
El balcón del parc guel; la mejor vista del mundo. Linea del horizonte color mar. Ciudad inmensa y lejana... Miles y miles de historias por hacerse realidad a cada momento... A cada paso. Brisa del mar que poco a poco te va llenando de aroma a sal... O al menos a sentirla.
Arco del triunfo, curiosear por esas tiendas de cine... Y ver esas cosas tan raras y que de pequeño tanto me gustaban; películas de Godzilla, posters de cine... Fotos y más fotos de unas películas ya olvidadas por el tiempo.
Filmoteca y cine Melies; tardes y más tardes de aprendizaje del bueno... La misma sala de siempre... La misma gente. Las mismas ganas de entablar conversaciones con unas personas que cómo tu adoran el arte de las imágenes a 24 fotogramas por segundo.
El mercado de la Ronda de San Antoni. Los domingo por la mañana. ¿Aún se hace? Levantarse temprano y recorrer las calles anexas... Curiosear entre los puestos para no comprar nada. Sólo ver. Vendedores ajenos y ambulantes que guardan elementos y objetos bañados por el paso del tiempo... Impregnados con aromas de miles de historias.
Pasear por esa avenida peatonal que va a dar a la sagrada familia... ¿Paseo de gaudi?, veis, no me acuerdo... Y poco a poco ir descubriendo una obra arquitectónica que es más hermosa en la lejanía... Por cierto, la primera vez que di este paseo, las lágrimas se me saltaron, en serio... Todo era tan hermoso... Tan misterioso... Y siempre, siempre, por mucho tiempo que pasara, tuve esa misma sensación....
En fin....
Barcelona.