sábado, 24 de septiembre de 2011

16 MESES

16 meses... ¡Se dice pronto! Eso es lo que me ha costado escribir el guión que si todo va bien se convertirá en mi segundo cortometraje profesional.

¿Todos estos 16 meses escribiendo? ¡No! Escribiendo, re- escribiendo, dejando reposar, pensar en lo escrito, pensar en lo que no estaba, quitar, cambiar, agregar, volver a escribir, volver a re-escribir, pulir personajes... Pues si !16 meses!

Es el guión que más me ha costado sacar hacia adelante, ¿por qué? Pues porque es muy complicado templar y matizar dos cosas en un guión; las reacciones de los personajes y el tiempo.

En la vida real, ante cualquier situación, podemos reaccionar de muchas maneras, todo depende del día que tengamos, de como seamos... y de muchas cosas más. Pero en la vida ficticia, en los guiones, cada personaje debe reaccionar según esté estructurado y creado el personaje que hemos inventado, es por tanto que en los guiones cada personaje debe reaccionar de una manera en concreto ante cualquier hecho o estímulo, y no de muchas maneras diferentes, puesto que la estructura de lo que queremos contar, y el personaje ficticio se puede ver perjudicado si esta reacción no corresponde con la idea que queremos dar a entender, o con la trama que estamos contando. Un personaje, una reacción.... pudes elegir entre millones, pero sólamente una es la correcta. A veces sabemos que queremos contar, el cómo... pero no el porqué, quizás lo más importante a lo que nos debemos enfrentar cuando queremos crear un personaje de ficción.

¿Qué pasa con el tiempo? Pues que es igual de complicado estructurar el tiempo, los espacios entre reacción y reacción, entre punto muerto y punto de cambio, entre acción dramática y/o accion visual... Como en un corto, o en un guión, el tiempo es oro, incluso los tiempos en los que aparentemente no estamos contando nada, tienen que estar llenos de contenido, de acciones que nos ayuden a ir hacia una meta determinada. La estructura del tiempo escénico o cinematográfico depende de muchas cosas, del espacio, de los personajes, incluso del diálogo... así que he tenido que cambiar muchas cosas hasta darme cuenta que los personajes cambiaban muy rápido de actitud, que entre el 1 y el 1 no había un MÁS, por lo tanto, la suma que me salía, siempre estaba coja.

Tiempo y personajes. Estructura. La fuerza del relato. Todo en unas pocas páginas que tendrán vida.

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