miércoles, 7 de marzo de 2012

Amarás a Douglas Sirk por encima de todas las cosas



Yo amo a Douglas Sirk por encima de todas las cosas (cinematográficas, claro).


Muy poca gente o casi nadie conoce a este director. Bueno, director, director es llamarlo poca cosa... Este maestro de la imagen, este genio del cine aparece olvidado y denostado por el paso del tiempo y merece, desde este blog, y por supuesto desde espacios de mayor importancia, una total reivindicación ya que sin luga a dudas fue Sirk uno de los cineastas más maestros, completos y brillantes de toda una época del cine en la cual su nombre brilla por su ausencia.


Sirk, como tantos otros, fue un director alemán que emigró a los Estados Unidos en busca de mayor suerte. Coetaneo de Lang y otros tantos, Sirk encontró en el melodrama su mayor arma creativa. Podemos decir, sin resultas exagerados que Sirk, y no otro, inventa el melodrama moderno.


¿Qué es el melodrama? La misma palabra lo dice; música más acontecimientos, y si son dramáticos, mejor que mejor. El melodrama ha pasado a la historia negativamente por ser considerado un género menor, un género femenino para hacer llorar a las chicas con sus historias de amor y tragedia tintadas de momentos dramáticos y unas cuantas lágrimas furtivas. Eso es lo que dice la historia. No sé como son los demás melodramas, lo único que sé es que los melodramas que hace Sirk son absolutas obras maestras y que si algo tienen, es que no son simples.


En los melodramas de Sirk se analizan las clases sociales, los tipos y psicologías completas de muchos personajes, los actos (dramáticos o no), de toda una generación de norteamericanos que presumian de una vida armoniosa y brillante, pero que, escondían, detrás de esas capas de glamour, unas existencias anodinas, plenas de problemas sexuales, trastornos de personalidad, grandes conflictos familiares y una lucha constante por el reconocimiento del YO por encima del grupo.


Los personajes de Sirk toman la vida por los cuernos, luchan, lloran, ríen, disfrutan, tiemblan, aman, mueren... a una velocidad de vértigo, siempre intentando dejar una huella imborrable en la retina del espectador. Es Sirk quien se atreve a hablar de los negros y de sus conflictos con la sociedad blanca. Es Sirk quien se atreve a hablar de la clase alta norteamericana y sus modales exquisitos pero sus formas bárbaras y de cartón piedra. Es Sirk el que se atreve a hablar del sexo como potencial fuente de obtener aquello que se desea. Y es Sirk quien, en plenos años 5o, se atreve a seleccionar, diseccionar, narrar y mostrar algunos de los momentos más memorables de la historia del cinematógrafo.


Copiado, re-copiado y vuelto a copiar hasta la saciedad por Almodóvar (que no esconde su profunda admiración por Sirk), el cine de este autor alemán está lleno de vida y es, rara vez vemos esto en pantalla, una catársis de sabiduría cinemática. Sus películas son breves, pero intensas y brillantes. Películas que fueron fabricadas como series b de programas dobles, hoy se rebelan como auténticas obras maestras que son reconocidas por los más serios estudiosos de las artes cinematográficas... y que por supuesto, poco a poco, va encontrando un público joven y moderno que reivindica las obras de este autor como las palabras y el aliento de un genio que desgraciadamente murió olvidado en su casa de Suiza, sin poder dirigir nunca jamás..... siendo su último film realizado en el año 1959 "Imitación a la vida", y que desde aquí reivindico como uno de los más intensos cantos cinematográficos a la libertad y a la tolerancia que el cine ha dado en sus 120 años de historia.


Para mi las obras maestras de Sirk son; "Escrito sobre el viento", "Sólo el cielo lo sabe", "Imitación a la vida" y "Obsesión". En cualquiera de estos films podemos ver y observar el inmenso poderio de este genial director. Ayudado por la excelente labor fotográfica de Russell Metty y por unos guiones muy sútiles e inteligentes, el cine de Sirk se rebela como lo que es; la verdad a 24 fotogramas por segundo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Palabras mayores Salva. Qué gran creador.
Esa escena de Jane Wyman y el televisor con la que acompañas al texto siempre que la he visto me ha dejado helado, triste. Para el arrastre vamos!

Y es verdad que no se le reivindica lo suficiente.

Quizás, su mejor "homenaje" podría ser LEJOS DEL CIELO, de Todd Haynes.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, yo lo descubrí gracias a ti, y me flipa su gusto por el todo, estética en general.
Para mí era desconocido y es ahora uno de mis favoritos...;)