Debemos partir de la base de que un ACTOR es una PERSONA. Por lo tanto hay tantas maneras de dirigir a un actor como actores hay o te encuentres por el camino. Mi experiencia (que en teatro es extensa) me dice que los actores son (aunque suene tópico) personas muy sensibles, por lo tanto hay que tener mucho tacto con las relaciones que establecemos con ellos en el set de trabajo, ya que cualquier información mal dicha o incorrectamente expresada por nosotros hacia ellos puedes ser contraproducente con lo que queremos lograr de ellos.
Generalmente me he encontrado con tres tipos de actores;
- Los que te hacen muchas preguntas (un gran número de ellas bastantes imnecesarias).
- Los que te hacen pocas preguntas y se rigen por sus instintos.
- Los que te hacen pocas preguntas y se rigen por sus experiencias personales en relación al personaje que deben interpretar.
El primer tipo de actor suele dar problemas... en el sentido de que son más racionales y científicos que analíticos y rápidos y por lo tanto te pueden hacer perder mucho tiempo, ellos pierden perspectiva y al final todo acaba siendo un lío tremendo bastante complicado de encauzar. Generalmente son del método... y con esto ya lo he dicho todo.
El segundo tipo de actor es muy interesante y participativo... pero si se les deja muy a su bola pueden realizar una interpretación llena de intensidad pero carente de motivo... Se suelen perder por las ramas y repiten tomas sin cesar creyendo que en cada una de ellas descrubrirán la panacéa, y suelen variar mucho de opinión con respecto al personaje que deben interpretar y con respecto a las motivaciones del mismo.
El tercer tipo de actor tiene mucha experiencia vital que sin lugar a dudas ayuda mucho en este arte... Pero se olvidan de que un PERSONAJE no es UNA PERSONA, y por lo tanto tratan siempre de hacer lo mismo que ellos harian en caso de ser el personaje... Un error tremendo, teniendo en cuenta que el cine o el teatro no es la VIDA.
Tanto un actor como otro lo puede hacer bien siempre y cuando sepas cuales son sus vicios y te anticipes a su manera de pensar o de actúar. Un diálogo certero, breve y conciso con ellos te evitará muchos problemas.
Hay tres cosas que un actor siempre te preguntará; ¿Qué? ¿Cómo? y ¿Por qué?
El QUE y el POR QUE debe ser una información que sólo debes proporcionarle tu como director. Estas dos preguntas básicas son la base de su trabajo. Sobre el COMO hay muchas elecciones... como por ejemplo decirle al actor lo que tiene que hacer en cada momento, hasta el punto de regirle sus pensamientos, emociones y gestos como si de un robot se tratara... Yo, que siempre he pensado y aún pienso que un ACTOR es un CREADOR como cualquier otro... prefiero no decirle COMO, y en el mejor de los casos llegar a un acuerdo sobre esta cuestión. Hay que dejarles crear en libertad.
Sobre su mente prefiero a un actor INTELIGENTE antes que RACIONAL. El inteligente es rápido y avispado, el RACIONAL es lento y bastante realista... y aunque muchos digan que el cine y el teatro es REALISTA, lo siento mucho, amigos mios... pero el cine tiene de REALISTA lo que la GUERRA tiene de patio de recreo, aunque hagas un drama... o incluso un documental. Nada en el cine es REALISTA, hasta el tratamiento más banal de un acto cotidiano está dramatizado hasta sus últimas consecuencias... Por lo tanto un actor racional se perderá en detalles absurdos y banales sobre un situación dramática o interpretativa que se debe de solucionar por medio de la DRAMATURGIA o DE LA MAGIA, nunca por el lado de la realidad.
Muchos directores, GRAN ERROR¡¡¡ se pierden en las cuestiones técnicas olvidando que nadie se dará cuenta que un travelling o un plano está mal realizado... sin embargo, una mala interpretación o un actor perdido es completamente notable y localizable en una película y por lo tanto a las labor de dirección de actores se debería dedicar el mayor tiempo posible ya que la gente, el público, siente la necesidad de identificarse primero con las historias que contamos, y luego con los actores que las interpretan, así que dos horas preparando un travelling y sólo cinco minutos de charla con los actores es, desde mi punto de vista, un error de proporciones titánicas que deja al director a la altura del betún.
Otro error es contarle TODO a un actor sobre el personaje que debe interpretar. Si los directores hacemos eso entonces mejor que nos pongamos nosotros mismos a interpretar. El BUEN ACTOR encontrará todas las respuestas sobre su personaje en el Guión (si está bien escrito), y sabrá por tanto analizar el sub-texto que toda buen obra dramática lleva en su interior.
Minutos antes de decir ACCIÓN es recomendable que nos acerquemos a los actores, o bien para repasar la secuencia, leer el guión de forma natural o bien para resolver las últimas dudas que en última hora puedan surgir. Una vez dicha acción lo mejor es observar a los actores DESDE la realidad y no DESDE EL MONITOR. Los actores deben ser observador en la realidad, sin ningún tipo de falso mecanismo interpuesto entre ellos y nosotros. Sé que esto puede parece una tontería pero es una elección que sirve para una cosa básica que nos hará mucho bien en el rodaje;
- Los actores al saberse observados por su director en primera persona se esfuerzan por resultar geniales. Como si de un pequeño teatro en directo se tratara, los actores, al ver a su director cerca de ellos, se crecen, realizan cosas geniales y sobre todo se sienten acompañados entre una maraña de cuestiones técnicas que a veces les pueden enfríar y sobrepasar.
Otra cosa; un ACTOR no es un maniquí... Necesita de nuestro cariño y nuestro aliento. Ellos se sienten hijos nuestros y necesitan constantemente nuestra aprobación y nuestro consentimiento. No, no es cuestión de EGOS, es cuestión de confianza, una confianza complicada y extraña que se debe establecer entre ellos y tu para que todo salga bien. Así que no debes hablarle a un actor como si fuera un ténico o el director de foto... A un técnico si le puedes decir... UN POCO MAS A LA DERECHA, sin apenas prestarle atención... a un actor DEBES DECIRLE POR QUÉ TIENE QUE IR UN POCO MÁS A LA DERECHA No es una marioneta... recuerda que necesita sus POR QUÉS y sus QUÉ.
Una vez digas corten es recomendable que los mires fijamente y asientas si todo ha ido a las mil maravillas. Si no estás conforme con el plano DILES EN PRIVADO O EN VOZ BAJA lo que deben de hacer para mejorar la interpretación, pero NUNCA en voz alta... He visto a muchos directores que dicen HAGAMOS OTRA... y por supuesto, la otra toma es igual que la primera... ¿El error? No haber dicho a los actores entre toma y toma que deben de hacer para mejorar la toma. Así que los actores, ante esta situación, se suelen perder e incomodar, y no es para menos... Imagínate en un trabajo normal¡¡¡ Tu jefe te dice... LO HACES MAL¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ HAZLO OTRA VEZ¡¡¡ Pero no te dice ni por que lo has hecho mal, ni que debes de hacer para hacerlo bien. Sé que esto parece muy lógico, pero no os imaginaís la de veces que pasa en los rodajes.
En caso de BLOQUEO por parte del actor, es recomendable dejar unos diez minutos hasta retomar la toma, y en esos diez minutos volver a retomar con el actor el QUE y el POR QUE de su personaje. Todos los bloqueos o la mayoría de ellos se deben casi siempre a estas cuestiones básicas, así que volviendo a ellos es la mejor manera de solucionar ese bloqueo. Un OBJETIVO claro ayudará al actor a saber que debe conseguir con su interpretación y de paso te ayudará a ti a saber y recordar que historia quieres contar y donde debes poner los puntos de atención o de potenciamiento. Eso fortalecerá tu trama.
Los actores son nuestro mejor instrumento para contar historias y casi siempre son el elemento más descuidado de una obra de teatro o de una película. Verdadera lástima que dice mucho sobre la inexperiencia del director o sobre las verdaderas intenciones de este; hacer una película cuyos 100 minutos son un alarde de EYACULACIONES de virtuosismo técnico que al espéctador, en gran medida, se la sopla.
Los actores, y por mucho que lo dijera el maestro del suspense, NO SON GANADO¡¡¡
Son artístas que elevan nuestro trabajo a la categoria que se merece.