miércoles, 11 de agosto de 2010

RECUERDOS DE INFANCIA

Una lectora, Davinia, de México, me pregunta por mis recuerdos de infancia. La verdad es que, cómo todos sabéis, jamás hablo de mi infancia, más que nada por que, aunque suene típico, fué muy feliz y cómoda.

Después de darle muchas vueltas al tema... he decidido hacer una lluvia de recuerdos con el fin de satisfacer la curiosidad de Davinia, también para hablar de algo que nunca he contado aquí y de rememorar cosas que, aunque muy presentes, casi nunca hablo de ellas.

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Recuerdo una cuna de acero. Y dormir toda la noche agarrado a la mano de mi madre. Cuando notaba que ella estaba cansada y la mano estaba a punto de ceder, la apretaba con más fuerza. Sería en Barcelona. Un año o así. Pero lo recuerdo perfectamente.

La primera canción que oí. La primera canción que tengo conciencia de haber escuchado con atención. Creo que fué en un viaje que hacíamos con el viejo coche... "Ay, que pesado", de Mecano. Aunque también recuerdo otra con mucha claridad... De Viola Wills; "Gonna get along without you now". Esta canción de hecho la tengo en una vieja cinta de mis padres, que se llama BARBARELLA, y según ellos, fué grabada en una antigua discoteca que existía en Barcelona, cuando todos vivíamos allí.

Recuerdo un viaje en tren. Creo que a Fuengirola, para ver a mi abuelo Materno. Un viaje corto que se me hizo eterno. Recuerdo también que mi abuelo siempre me decía que me iba a regalar un caballo. Cada vez que volvía a verlo preguntaba por mi caballo. Y mi abuelo siempre decía; "la próxima vez que vengas te lo enseño".

Recuerdo un coche de pedales, rojo... de esos que tienen los niños. Recuerdo estar subido a él y mis hermanas mayores empujando. En la antigua casa de mi abuela materna. Recuerdo los escalones de esa casa inmensa. Y un pequeño saloncito que había a la entrada. Las muñecas de trapo de mi tía Mode. Una de ellas en concreto; con el pelo naranja y la cara de cartón. Ojos tristes.

Recuerdo las mañanas en casa de mi abuela. Los PHOSKITOS traían pequeños muñecos de HE-MAN y DAVID EL GNOMO. Abrir el sobre y descubrir estos muñecos. Cotillear en el cuarto de mi tía Mode, y romperle las cintas de los PECOS y de PIMPINELA. Jugar con los peines y los rulos. Haciendo castillos con ellos.

Recuerdo un viaje a Motril, Granada, escuchando en el coche a todas horas los MODERN TALKING.

Recuerdo mis primeras películas en el cine. Por este orden; "Supergirl", "Flashdance" y "El planeta de los simios". De esta última me acuerdo perfectamente. Una mezcla de miedo y sorpresa. Alucinado por lo que estaba viendo. Y el recuerdo del final... La estatua de la libertad semi-enterrada en la arena y Charlton Heston gritando mientras el plano se hacía cada vez más grande y más lejano.

Me acuerdo de una mañana de reyes. Os juro que el salón estaba vacío. Volví a mi cuarto. Volví al salón y ahora estaba repleto de juguetes. Os juro que fué en menos de un segundo... o quizás es mi memoria la que ha creado esta percepción del tiempo. Aunque me gusta pensar que fué así; esos juguetes aparecieron en el salón como por arte de magia.

Recuerdo las caratulas ochenteras de las películas en el video club de El corte Inglés y posteriormente en el video club de mi casa. Y pasarme minutos y minutos mirándolas atontado... escudriñando cada forma, cada gesto, cada cara y posición de los dibujos y los actores. Y soñar con que yo estaba dentro de la caratula. E imaginar de que trataba la película con sólo ver la portada de la cinta BETA.

Recuerdo paseos con mi padre por el campo que estaba al lado de casa. Lo que ahora es TEATINOS antes era campo... lleno de cañas, casas antiguas abandonadas y grandes albercas donde habían ranas y creo recordar que hasta peces. Recuerdo pasear con mi padre por estos lugares y tumbarnos a la sombra de un árbol mientras comiamos caña de azúcar o bebíamosa agua de una camtimplora de acero, con una funda de tela verde.

Recuerdo la primera cosa que hice por amor. Era verano y estábamos en la piscina. Una amiga de mi hermana mayor que me gustaba me dijo; Si te tirás a la piscina (era la más profunda) te querré. Y yo, inmediatamente, tirarme al agua con un miedo que te cagas. Bajar hasta abajo y volver a subir a la superficie. Buscar la mirada de esta chica y ver que me estaba mirando fijamente mientras esbozaba una sonrísa. Y entonces me sentí orgulloso.

Recuerdo la casa de mi abuela Paterna. Una casa que siempre me pareció distante y fría. Y ella sentada bajo una lámpara de pie que iluminaba sólo su sillón mientras todo lo demás estaba oscuro.

Recuerdo tirar con mis primos piedras al mar para que este se enfadara y las olas fueran más fuertes. Y gritar todos mis primos y yo... ¡¡¡ENFADATEEEEEEEEEE, ENFADATEEEEEEEE!!! Al mar, claro.

Recuerdo ver morir ahogadas a las hormigas en pequeños charcos junto a la hierba y quedarme a mirar como cada una de ellas era vencida por el agua... y cuando una de ellas conseguía huir del agua y ponerse a salvo en tierra, yo volvía a ponerla en el agua, para ver si de una vez por todas se hundía como las demás.

Recuerdo todos y cada uno de mis trenes eléctricos, pues tuve muchos. De pasarme horas y horas construyendo trayectos imposibles con las vías.

Recuerdo las siestas en verano. No podíamos hacer ruido si no nos caía una buena bronca de mi madre. Así que me quedaba quieto en el sofá mientras jugaba con el mando a distancia u hojeaba libros de mi padre.

Recuerdo los libros de mi padre; las láminas que tenían... Recuerdo haber visto una foto en blanco y negro con un niño pequeño con síndrome de down y fijarme en su rostro... notar que era diferente a mi aún teniendo mi edad.

Recuerdo haber visto imágenes de la segunda guerra mundial un día de madrugada, en la televisión, en casa de mi abuela. Sólo recuerdo escombros, aviones en el cielo, fuego y soldados que corrían entre ladrillos y casas derrumbadas.

Recuerdo el rostro de una profesora de la que me enamoré. Y una vez que me cogío la mano en clase, o en una excursión, no recuerdo exactamente... y sentirme importante... y también algo confundido.

Recuerdo espiar a mi hermana mayor con su novio. Escondido detrás del sofá. Y salir de pronto dando un susto.

Recuerdo una anciana que siempre se sentaba en una silla, en mi portal. Recuerdo que siempre me quería dar caramelos de café con leche pero a mi me daba asco el aspecto de esta anciana, entre asco y miedo. Así que cogía los caramelos pero luego siempre los tiraba cuando intuía que no se daba cuenta de ello.

Recuerdo ver con mi prima Estela la versión en blanco y negro de KING KONG y asustarla diciéndole que ese mono existía de verdad y vivía en Málaga.

Recuerdo una pelea de mis padres bajo el agua de una lluvia fuerte y los cristales del viejo coche.

Recuerdo unas revistas porno que unos amigos y yo encontramos dentro de un local abandonado que había en nuestro barrio. Y mirar esas fotos con mucha curiosidad, algo de asco y sobre todo preguntándonos que carajo era todo eso.

Recuerdo los días de lluvia. El agua golpeando el cristal y sobre una alfombra jugar a hacer puzzles o castillos con las piezas. Recuerdo también un viejo libro del cole... que contaba la historia de un niño que vivía en un pueblo costero del norte, en plan "doctor Mateo", y mirar los dibujos de ese libro durante horas e imaginar que yo estaba en esas láminas.

Recuerdo proyectar mi viejo CINEXIN a amigos y a mis muñecos. Crear una pantalla de cine en una caja de zapatos, cortando la caja de manera rectangular y poniendo sobre el hueco un folio a modo de pantalla. Y pasarme horas y horas acelerando la imagen o pasándola lenta... según le daba a la manivela del CINEXIN. Recuerdo que tuve dos cinexin... Uno en 8mm y otro con cintas.

Y recuerdo muchas otras cosas que algún día, con tiempo, os contaré.























3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿ pq ya no escribes tanto? se te echa de menos

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Hola amigo/a;

La verdad es que últimamente, en realidad desde hace algunos meses, ando muy liado.

Sinceramente podría hablar sólamente de amor y de trabajo. De amor, ya sabes que no me importa... pero de curro me gustaría hablar lo justo y necesario.


En cualquier caso reconozco como autor que este blog está cambiado, hace ya algunos meses que cambió, no sé si para bien o para mal... para excusarme, quizás... sólo puedo decir que el Salva que empezó este blog ya no es el mismo, así que supongo que mis pocas neuras actuales y mis, gracias a Dios, conflictos mentales van mermando... y por tanto mis necesidades terapeuticas con respecto a este espacio merman de la misma manera.

Yo seguiré aquí, como siempre he dicho, siempre, siempre, siempre al pie del cañón... pero eso no significa que deba ser el mismo... ni seguir la misma línea que durante años este espacio ha seguido.

Todos debemos evolucionar, eso es bueno... lo mejor que nos puede pasar. Y yo no iba a ser diferente en este sentido.

Un abrazo.

Salva.

Anónimo dijo...

a mi me encanta cuando hablas de cine, asi que hablanos de tu trabajo