martes, 20 de noviembre de 2007

CAJAS.

Cajas....

Es allí dónde guardo los recuerdos de tiempos pasados.

Tengo muchas cajas... A veces las abro para recordar.

Papeles, cartas, fotos, folletos, algún que otro objeto que en el pasado tuvo valor...

En una de las cajas guardo un bote de perfume vacío... Un perfume que me ponía al principio de vivir en Barcelona. Un perfume que me trae muchos recuerdos; el amor, pasear por las calles del barrio gótico, un cine en paseo de Gracia, una salida en una noche cualquiera... Bote de perfume que aún huele... Aunque ya dentro no quede nada.

Fotos. Fotos de amigos que ya no están o que demostraron no ser tales. Vacaciones pasadas, noches de juergas, momentos de diversión que cayeron al olvido.

Notas escritas a mano; en una servilleta, un papel arrugado; Notas que dicen "No me gustan los juegos de uno. Te quiero". Y otras que dicen "Me sentaré en la butaca de un cine a esperar para poder volver a ver lo mejor que me ha pasado en mi vida".

Número de teléfono que no recuerdo, pero tuvieron que ser importantes; de Barcelona, Madrid, Málaga... Incluso del extranjero. Caras que ya he olviadado. Sólo tengo que marcar esos números para poder recordarlas... Pero la pereza me puede. Soy así.

Una vela. Un corcho de una botella de champagne... Vestigios de una cita de amor a orillas del mar. Allá por el año 97. Sí, ha llovido mucho. Romanticismo que perdí....

Poemas y cartas escritos con pasión qué o bien me dedicarón o bien no tuve el valor de entregar... Algunas cartas para arreglar situaciones. Otras para terminarlas. Pero siempre sinceras, llenas de verdad... El tiempo no ha borrado las palabras... Ni tampoco las sensaciones que me impulsaron a escribirlas.

Postales de cine. ¿Cuando me ha gustado a mi "Desayuno con diamantes"?

Dossier de festivales de cine dónde soñe con dedicarme a él. Películas y más películas que un día vi y yacen olvidadas en mi memoria. Entradas de cine que guardo para recordar que alguna vez toque la mano amada en la oscuridad... Y quizás también los labios.

Billetes de metro, de tren... De avión. Siempre en constante movimiento. Culo de mal asiento... ¿Dónde fuí? ¿Por qué me movía tanto? ¿No estaba contento con aquello que tenía? ¿Estaba huyendo?

Alguna que otra factura de una habitación de hotel dónde ame sin condiciones. Sin miedos. Pero con suave melancolía. Habitaciones de hotel que guardan mi esencia... Mis momentos. Mi memoria de un camino que hace mucho comenzó... Y aún no ha tenido fin.

Recortes de periódicos; noticias curiosas, ¿futuros guiones? ¡¡¡El mundo en guerra¡¡¡ Anuncia una de ellas, el día después del 11 de Septiembre... Alguna vez le leeré esta noticia a mis hijos... A mis nietos... O a mis amigos.

Un anillo de plata que lleve durante mucho tiempo... Aunque me apretaba considerablemente. Anillo de plata que me quite aliviado para no volver a llevar otro nunca jamás. Miedo al compromiso. A estar atado por una situación que se me puede ir de la manos... Que me puede hacer daño. Qué descubrirá en mi cosas que quiero guardar... Por miedo, claro.

Cajas.

Recuerdos.

Parte de mi vida encerrada en pequeños habitaculos dónde de vez en cuando entra un rayo de luz. (Aunque sea artifial)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿sabes?
yo en realidad siempre he controlado mis sentimientos por lo mismo, miedo a que me hagan daño, miedo a no controlar lo que siento....... y al final contigo me deje llevar................
y no es tan malo como yo pensaba, es bonito y más cuando la otra persona te corresponde........
te quiero