miércoles, 17 de junio de 2009

EL COMIENZO DE UNA PASIÓN

Muchos me preguntan que dónde y cómo empezó mi pasión por el cine. Yo siempre tardo en contestar, más que nada porque uno no suele ser consciente de cuando y dónde le comienza a gustar algo y se decide que aquello y no otra cosa es a lo que quiere dedicar su vida.

Supongo que es un cúmulo de factores que sólo cuando se piensan y se ordenan te hacen obtener una respuesta más o menos cierta.

El inicio de esta pasión puede ser que mi padre, cuando yo era pequeño, me llevaba mucho al cine. En casa también se alquilaban muchas películas y era raro el fin de semana que no nos veíamos dos o tres películas en casa.

Uno de mis primeros recuerdos cinematográficos es haber visto en televisión, muy tarde, un documental con imágenes reales de la segunda guerra mundial. Yo tendría dos o tres años y lo recuerdo perfectamente; era en casa de mi abuela y no sé porque a esa hora yo estaba despierto. El caso es que recuerdo las imágenes ralladas y en blanco y negro de soldados americanos, bombas que caían, ciudades destruidas y rostros anónimos que, a la vista de lo que estaba viendo, no lo estaban pasando muy bien.

También recuerdo imágenes de películas que de muy pequeño vi en el cine; "Flashdance", "Supergirl"... "El planeta de los simios"...

A mis 6 años recien cumplidos ver películas enteras era ya una costumbre totalmente asumida. Me podía pasar horas y horas frente al televisor. Recuerdo haber visto "El imperio contraataca", al menos veinte veces en dos semanas... De ir al video club y alquilarla de nuevo... Día tras día, sin descanso...

En el último año de colegio, octavo de E.G.B, comenzé a ver el cine que se hacia por aquellos tiempos. Recuerdo haber visto muchas películas de moda que me dejaron un buen recuerdo... Y sólo una de ellas me hizo ver que el cine era algo más que una pantalla dónde se proyectaban películas, estoy hablando de "Pulp Fictión". Me encanto la historia y el modo en la que estaba contada... Esos montajes distorsionados, esos fuera de campo, los personajes... La iluminación...

Poco tiempo después comenzé a comprarme todos los meses la revista fotogramas, (aún sigo haciéndolo), y me informaba de las películas que o bien se estaban rodando o bien ya estaban en cartel.

Leyendo el fotogramas me di cuenta que el cine no se hacia solo... que el cine necesitaba de personas para que las películas se pudiesen realizar tal y cómo nosotros las veíamos en las pantallas de cine... Así que pensé que un buen modo de aprender a hacer cine sería comprar un libro dónde se hablara de las mejores películas de la historia del cine... Y eso hice... Me compre el libro "Las cien mejores películas" de Jhon Kobal y me lo leí prestando mucha atención. En ese libro se hablaba de películas que yo nunca había visto, películas muy antiguas que por supuesto me costaba mucho conseguir ya que la mayoría de ellas no estaban editadas en video. Así que me tuve que contentar con ver algunas películas de los mismos directores que, según el libro que yo tenía, habian rodado las mejores películas de la historia.

Y es aquí dónde vienen mis puntos de inflexión. Las películas que me abrieron el camino a entender el cine y sobre todo a querer hacerlo, o por lo menos a saber cómo se hacía el cine y estar cerca del proceso de realización de una película.

Con "El apartamento" de Billy Wilder me di cuenta que el cine, en realidad, trataba sobre las personas. Sobre nuestras pequeñas alegrías y nuestras grandes miserias. En esa película pude comprobar y aprender la grandeza de utilizar un buen guión, la tremenda utilización de pequeñas sutileces que bien rodadas engrandecian la historia de una manera que yo, antes, jamás había visto.

Con "El padrino" aprendí que detrás de una historia aparentemente grande también se puede hablar de temas pequeños; amor, frialdad, venganza, soledad... Viendo esta película y su maravillosa secuela me fui dando cuenta que toda película tenía una puesta en escena concreta que enfatizaba lo que el director quería decir. Fui consciente de la utilización de las luces para crear atmosferas, de la música para servir de contrapunto a la imagen... Y sobre todo del poder inmenso que las imágenes bien construidas podían ejercer sobre la mente de cualquiera.

En dos años me había visto todas las películas del libro y muchas más que me había comprando en algún centro comercial o grabado de la televisión.

Es aqui cuando tengo mi segundo punto de inflexión; conozco el cine de Fellini en todo su esplendor y me doy cuenta que el cine puede, (y debe), ser personal... En el sentido de que un director debe impregnar lo que rueda con su esencia, con su visión de la vida, de las personas, de lo que le rodea.

Ver "La dolce vita" fué un Shock. Comenzaba a entender todo lo que había detrás de un film. La puesta en escena debía estar cohesioanda con aquello que se estaba contando. De ahí los planos vacios, los silencios, los movimientos de cámara que te llevaban de un personaje al otro, la utilización de la noche y el día cómo elementos diferenciadores, duales... "La dolce vita" trataba de eso... De la soledad, del vacio... del abismo que se puede abrir ante nosotros. Ya lo había entendido; fondo y forma deben estar unidos. Sin esto no hay nada.

Desde ese día Fellini y yo somos grandes amigos... tenemos una concepción de la vida muy parecida... y aunque Fellini sea barroco en muchas ocasiones, y algo cargante... se acerca mucho a la visión que tengo yo de la vida... y de los sueños. Porque en Fellini, los sueños y la realidad se mezlcan... Lo cómico y lo trágico conviven esperando aparecer en cualquier momento... Las noches son hermosas y liberadoras... Los amaneceres son tristres y reales, crueles... Justamente lo que yo pensaba (y pienso).

Fellini, por tanto, me lleva al cine italiano. Me vi muchas películas de ese periodo, para mi una época crucial de la historia del cine mundial... Un periodo que, a mi modo de ver, ha influenciado mucho más que la Nouvelle Vague francesa, sólo que esta etapa del cine ha sido mucho más promocionada por sus autores frances que el nuevo cine italiano que, sin lugar a dudas, vamos... pongo la mano en el fuego... es más rico en tema, formas y otras acciones que el periodo francés cuya fama es más extensa y pregonada.

Ya en la escuela de cine me meto de lleno en la creación fílmica. Devoro con pasión cientos y cientos de películas de todas las épocas, de todos los paises... Encuentro maravillosamente acertada la producción americana de los años 60 y 70 y algunos filmes de la época dorada de Hollywood. Descubro otro punto de referencia en mi modo de entender el cine, Antonioni, director italiano, de la misma época de Fellini, que para mi me descubre otro modo de poder contar una historia... justamente haciendo lo contrario; No contar una historia y con ello estar contando una historia que habla sobre el vacio existencial que nos atrapa más tarde o más temprano. Puede ser raro de entender o de explicar pero sólo hay que ver alguna película de este autor para darse cuenta de lo que estoy hablando.

En Barcelona me compro muchos libros de cine, sobre todo de directores, y leo, leo, leo... Me informo de cómo se hace una película, cómo se rueda, cómo se escribe un guión... Que tienen todas las películas buenas... que les falta a todas las películas malas... de vez en cuando ruedo yo mismo algunos experimentos y participo en otros de amigos...

Al cabo de un tiempo de doy cuenta que para hacer cine sólo hacen falta tres cosas;

- Tener una visión del mundo.

- Saber algo de técnica y de guión... y conocer de cabo a rabo la historia del cine.

- Buscar dinero, pues el cine es muy caro.

Con estas tres cosas ya eres director de cine... y sin alguna de ellas también... ya que si tienes una visión del mundo y piensas en cine las veinticuatro horas del día, para mi y para muchos, ya eres director... o al menos un director latente, o un montador, o un guionista, o un iluminador...

Si tienes una visión del mundo y tienes dinero para rodar... ya eres o puedes ser director... Sí tienes dinero y sabes de cine o te apasiona... ya eres director...

Lo que quiero decir con todo esto es que cuando uno es consciente de la grandeza de una cosa... cuando alguién se apasiona por conocer algo y por querer hacer eso, ya está dando un paso de gigante para lograr un sueño... una afición... un modo de vivir y de sentir.

Ahora, tiempo después, ya asentado en la realidad, me doy cuenta que muchas veces, por muchas facilidades que tengas, el cine se convierte en un negocio cansado y algo sucio dónde, ante todo y contra todos, tienes que luchar por la idea que crees y que quieres convertir en realidad.

Pero eso es un precio relativamente bajo que tienes que pagar para que la luz de tu proyector...la que guardas en tu alma desde que eras un niño, no se apage jamás.

3 comentarios:

Saray dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, esa pasión se convierte en un modo de vida...una droga...

Supongo que en el cine como en el arte plástico siempre hay marchantes de arte y eso es lo que ensucia en cierto sentido nuestra pasión pero lo importante es creer en lo que se hace y confiar en uno mismo, dejando de lado factores externos...

Muchas suerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

no, no nos conoces..y nosotros tampoco a ti. Por eso queremos verte. Ponerle un rostro a todas estas historias, a todas esas reflexiones. Y tambien por curiosidad jaja.


Animate!!!

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Nosotros? Sois un grupo de seguidores??????? No.... sólo si son seguidoras!!! jajaj... Anda, mandadme un correo electrónico y os agrego a mi facebook, ¿ok?

fuegoensagitario@hotmail.com

Os espero!!!