domingo, 11 de octubre de 2009

EL AMOR VAGO

Esta noche hace justamente dos meses que comencé en Barcelona una nueva historia de amor. Historia de amor que hace un mes aproximadamente decidí terminar sin posibilidad de volver atrás en mi decisión. En resumidas cuentas; en dos meses he conocido el amor, y he puesto fin al mismo.

Estos días me ando preguntando a mi mismo el porque de haber empezado una historia y el porque de haberla terminado tan rápidamente, tal y cómo, de la misma manera, la empecé. Y después de darle muchas vueltas a la cabeza y de hallar miles de excusas que fueran auto-indulgentes conmigo y con mi forma de ser, he llegado a la conclusión de que actualmente, para mi, y aunque suene frío, distante y super trasnochado; el amor me importa un pito. Un rábano... me la trae floja; tanto tenerlo, cómo no tenerlo. Mejor dicho; no me importatía tener nada que fuera algo poco serio, de poca profundidad, dónde lo máximo de intimidad fuera una buena cena y su polvo correspondiente. Lo demás, ahora mismo, una historia de amor sincera, verídica, con sus altibajos, normalizada vamos... me es increiblemente molesto en este momento.

Entonces he aquí otra pregunta, ¿por qué pienso así? ¿Qué es lo que ha pasado para que mi visión del amor, y por ende de una relación personal amorosa sea de total indiferencia? Y la respuesta es que no ha pasado nada del otro mundo, de hecho mi última relación de pareja data de un año y medio aproximadamente y fué tan determinante en mi vida cómo igualmente insignificante, o sea, pasado el tiempo... no veo que de ninguna de las maneras me haya hecho valorar más el amor... o por el contrario echarlo en falta sobremanera. Entonces, ¿que carajo me ocurre?

Sinceramente pienso que una pereza enorme me tiene atrapado y me lleva hacia la deriva de la indiferencia amorosa. Pensar que tendría que conocer a alguién, contarle cómo soy, que siento, salir, entrar... empezar a jugar de nuevo, conocer... prometer.... me da tanta pereza que definitivamente prefiero ahorrarme las fuerzas que estos actos requieren y enfocar las mismas en mis amigos, mi trabajo... o mis estudios.

Definitivamente sí creo en el amor... pero no en los esfuerzos que se tienen que poner en el mismo, ya que no siempre los resultados son los óptimos. Por lo tanto; no quiero enamorar... por primera vez en mi vida prefiero que me enamoren a mi... que me seduzcan y que yo, egoistamente en mi rincón, no tenga que hacer nada... ya que, sinceramente, no tengo ganas de hacer nada excepto de caer en brazos de una hermosa mujer sin que un rato de pasión hermosa y grandilocuente me haya costado noches y noches de conversación, y/o preguntas con respuestas fingidas que siempre solemos decir para quedar bien cuando estamos empezando de nuevas con otro amor.

Por lo tanto a partir de ahora soy consciente de que mi objeción de conciencia amorosa me convierte en un ser despiadado que prefiere salir antes con sus amigos o pasar un rato viendo la televisión que salir con una chica, ir a cenar y acompañarla a casa "rezando" para que esta te deje, a lo sumo, y la primera noche, tocarle una teta.

Ya me he cansado de los juegos y de las perdidas de tiempo. De creer que una princesa azul me está esperando en una esquina, cuando en realidad las princesas azules no esperan a nadie... y menos a sapos anti-románticos cómo yo.

Se podría decir, (sobre todo para eludir responsabilidades y dar lástima), que la sociedad me ha hecho así, que ella es la que tiene la culpa... que lo he pasado tan mal en el amor que ya no creo en él, que no tengo más ganas de sufrir... que patatin... que patatan... que si bla, bla... que si bla bla...

Pues no, no... de verdad, no. Ojalá tuviera motivos.... que no fueran sólo mi desidia, mi vagancia y mis pocas ganas de querer a alguién... ojalá los esfuerzos puestos en toda aventura amorosa no fueran para mi, actualmente, una perdida de tiempo... pero sinceramente es lo que hay... es lo que siento... es lo que tengo... y tengo que aceptar la increible incapacidad que tengo, actualmente, de amar a alguién.

Punto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes por qué los niños siempre sonríen? porque no tienen un pasado del cual avergonzarse ni un futuro por el cual preocuparse

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Bonita frase, de verdad, pero... ¿en que contexto se dice? ¿qué quiere decir en base al post que he publicado? No la entiendo.

Un beso, amigo/a

Anónimo dijo...

Esta bien esa frase pero no es del todo cierta puesto que los niños tb lloran.