MONICA VITTI
Ni la Loren, Ni la Cardinale... de todos los rostros maravillosos de mujer que el cine italiano ha dado a lo largo de su historia, es Monica Vitti la que más me dice. Fué musa y esposa de su director predilecto, Antonioni, y juntos colaboraron en las mejores películas del maestro.
Es el rostro de Vitti un lugar lleno de matices enigmáticos y extraños que parecen expandirse más allá de la pantalla. Un rostro duro y de facciones marcadas que supo exprimir al máximo los personajes cansados y hastíados que Mónica solía interpretar en las películas de su marido.
En el cine de Antonioni el rostro de Vitti se funde con el paisaje, con el sentido plástico de una puesta en escena que integra perfectamente la figura humana en el entorno inerte.
El rostro es una maravilla cinética a 24 fotogramas por segundo... y si a esto le unimos una voz grave, llena de matices y una risa maravillosamente infantil... tenemos como resultado uno de los monumentos (y no lo digo en el sentido sexual ni machista) cinematográficos más importantes de la historia del cine.
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