miércoles, 20 de abril de 2011

EL PAIS DE NUNCA JAMÁS

No hay que tirar la toalla cuando las cosas valen la pena.

Y eso es lo que pensamos Wendy y Yo.

Aunque a veces la soledad y la distancia nos pueden, siempre hay momentos para el cariño y la risa. Yo creo que estas son algunas de las cosas que nos mantienen a flote, y nuestras formas de ser. Cuando ella está nerviosa e insoportable yo estoy calmado y realista. Cuando yo estoy nervioso y borde a más no poder, ella se muestra cariñosa, me habla con toda tranquilidad y de pronto me hace darme cuenta que siempre hay un motivo para no decir NO, y simplemente seguir disfrutando de una historia que empezó con un sueño de un estornino, una foto de facebook y algunos paseos en moto con la brisa de verano de Barcelona dándonos en la cara.

Con la edad (y supongo que también la experiencia) aprendes a vivir el día a día, y disfrutas de todos los momentos, sin pensar que estos pueden terminar de la noche a la mañana. Yo siempre, antes, hace mucho... pensaba en cuando el fatal momento de la despedida iba a llegar, incluso me anticipaba a él haciéndome conocedor de un maleficio extraño, una desasogante sensación que me hacia pensar, y luego certificar, que la relación no valía la pena por algún u otro motivo y que yo y esa persona debíamos tomar caminos completamente diferentes...

Pero ahora vivo el día a día y no me imagino a nadie más que a Wendy volando junto a mi. Como una canción de Laura Pausini de hace muchos años "ya no tengo miedo de ti..."... Pues eso, ya no tengo miedo de ti, Sr Amor. Ya sé apostar todas las cartas, sin miedo a perder.

Wendy y yo hemos pasado (y seguimos pasando, a veces) momentos complicados; la distancia, el tiempo, el maldito dinero que nos impide hacer muchas de las cosas que deberíamos... Pero es curioso comprobar como faltándonos algunas cosas, hacemos de nuestra capa un sayo... y si falta el dinero y el espacio nos sobran las palabras, la confianza y las risas, las risas desde siempre... de eso nunca nos ha faltado.

Así que tenemos arenas en los bolsillos pero unos labios extensos abiertos al cielo y a todo lo que nos envuelva por un momento en el dulce aroma de lo divertido, lo nuevo, los sorprendente... el amor y la locura. Sí, tenemos muchas cosas en contra... pero las que tenemos a favor bien valen su peso en oro.

Lo mejor de estar y querer a Wendy es saber que ya no quedan ni atisbos de fantasmas del pasado. Ahora Wendy es presente, ojalá mi futuro... pero también mi pasado. Ya no hay otra. Como por arte de magia, este amor, ha hecho escapar por debajo de una puerta invisible y como el humo, otras historias de amor del pasado que en algún que otro momento condicionaron (aunque de manera inconsciente) mis relaciones presentes de aquellos días.

Cuando me voy a dormir pienso en Wendy. Cuando me levanto pienso en Wendy... y cuando miro a otras.... pienso en Wendy. Ninguna es como ella. Ninguna, ni otra... Wendy sólo es Wendy para mi, lo que viene a ser todo un regalo del cielo y de la tranquilidad; "nadie, nadie, nadie... como tú".

Wendy se planteó lo nuestro en diciembre y yo me planteé lo nuestro en Febrero. Los dos lo sabemos. Quizás eso es lo bueno; que sabemos cuando hemos estado en la cuerda floja, sabemos los motivos y como hemos actúado... pero también sabemos que hemos hecho todo lo posible para sopesar las cosas buenas entre las malas... y para saber que nuestra segunda estrella a la derecha aún brillaba, sólo era cuestión de apartarla de las tinieblas que en aquellos tiempos impedían verla.

Así que entre llamadas, viajes, llantos, peleas, risas, cigarrillos, más risas, tiendas de ropa, películas antiguas, estrenos, festivales, paseos en moto, obras de teatro, más viajes, redes sociales, llamadas que se cortan cada minuto en skype, más viajes, nada de dinero, canciones y mails.... Seguimos estando. De momento, al pie del cañón.

No es más feliz el que se da cuenta lo que perdió, sino el que sabe, día a día, lo que tiene.

Para ti, mi amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡ que bonito Salva! y por primera vez me creo que lo leo, te leo sincero, sin intentar aparentar nada de lo que no es.
¡ ojala todo siga igual, y seas feliz!