Paris no existe.
Existe Texas.
Paris es un recuerdo que guardo en una fotografía.
Texas es el lugar dónde te conocí.
Noches y noches pase añorando tu presencia
y en cualquier hotel de mala muerte,
después de un cigarrillo que sabía a gloria
recordé que aún te amaba.
Después camine por carreteras que no llevaban a ninguna parte.
De vez en cuando algo de viento,
que tímidamente susurraba tu nombre
cuyo sonido lejano
significaba muerte.
En aquel Bar de sofás rojos,
bebi sin apenas tener tiempo para llenar
mi alma de recuerdos pasados
que no tuvieran tu semblante
cómo principal protagonista.
Y las noches pasaban.
Y cualquier cama era un palacio
dónde me entregué a los placeres prohibidos
tras una mascara fría, oxidada,
de olvido para no sufrir.
Las muñecas son iguales,
pero a veces dicen cosas distintas.
Mentiras, verdades,
alcohol con sabor a fresas
y perfume barato
mezclado con el rumor del mar.
Lejos quedaba este,
más la esperanza nunca estuvo perdida,
y en cada duna que subí de este solitario desierto
imaginé ver el océano que me llevaría a ti.
Después de mucho tiempo,
tu recuerdo fue un espejo.
Luchar por algo que no se tiene
es vivir con el cuello atado a una soga.
Y entonces pensé que sería mejor olvidar.
El sol me cego en la noche seca.
La luna me quemó en el día azul.
Los mismos bares de siempre fueron la reserva
de nuevas ilusiones que duraban fugazmente un segundo.
Y el placer se instalo de nuevo
entre las cuatro paredes de mi cuerpo.
Ebrío de mentiras,
de pasión y de ansiedad
olvidé tu nombre.
Miles de años han pasado.
Un caballo y un sombrero son mis únicos amigos.
De vez en cuando un trago largo,
una canción desesperada
y la esperanza del nuevo amanecer.
Y Texas ya es mi cuerpo.
Paris lo que puedo ser.
Texas es mi espejo.
Paris lo que no encontré.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
2 comentarios:
bonito poema (o algo así), me gusta como juegas con esas dos ciudades...
gracias por tus comentarios en mi blog, te he puesto en los enlaces.
Y hablando de trenes y de miradas...crees que todo el mundo la encuentra? Me gusta imaginar que si, y que en el tren hay miles de futuras parejas fuertes e intensas que todavía ni se conocen...
besos!
Muchas gracias por tu comentario. Sí, a veces escribo poemas (o algo así).
¿Qué si todo el mundo encuentra esas miradas? Yo creo que todos, en un momento de nuestra vida, hallamos esa mirada. Algunos la seguimos y otros no... Todo depende del momento. De la vida. Pero siempre hay una oportunidad para dejarse cegar.
Es más... ¿Te imaginas un mundo dónde las miradas sólo fueran un espejismo? Sería triste, ¿verdad?
Tambien leo tu blog. Me encanta.
Besos.
Publicar un comentario