Tres años de mi blog. Se dice pronto, oíga.
Tres años hacen un total de 36 meses, traducidos en alrededor de 450 entradas, algunas más lúcidas que otras, no digo que no... pero al fin y al cabo entradas, llenas de historias, sentimientos, miedos, ilusiones... Y amor. Mucho amor.
En este blog he hablado de todo lo que quería hablar y más; He narrado mi pasión por el cine, mis historias de amor realizadas... mis anhelos de las imposibles. He relatado cambios bruscos en mi carácter y mis decisiones, he confesado miedos y secretos... he buscado un significado oculto a los misterios del día a día.
Este blog ha marcado el comienzo de una etapa y el final de otro. Comencé a escribir este blog pocos días después de haber regresado de Madrid, la que considero como última experiencia vital para entender donde he ido a parar, lo que soy ahora mismo... y lo que espero ser.
En tres años de escritos he tenido tiempo para crear amigos y enemigos (o críticos fieros) a partes iguales. He escrito post que han despertado ampollas en algunas personas... he escrito otros que han creado alegría, esperanza... nuevos encuentros entre personas que, aunque muy queridas por mi, ya no estaban a mi lado.
He dedicado tiempo a mi pasado y a mi presente... Y he guardado un poquitín de espacio para imaginar o desear un futuro.
He escrito poemas de amor con la ilusión de que pudiesen ser leídos y entendidos por la persona aludida. He utilizado este pequeño espacio personal para decir, a viva voz, lo que nunca me he atrevido a decir de tu a tu.
He escrito para borrar imágenes y sentimientos. Para sacar la ira escondida con el fin de hacer el menos daño posible. Para hablar de aquellas perdidas de tiempo, de aquellos huecos vacíos que alguna que otra historia malograda dejó en mi interior.
Y he narrado algunas veces por la simple necesidad de sentirme un poco más acompañado.
Llevo tiempo acordándome de mi Amiga y querida Arquera Saray, ella cerró recientemente su blog pues decía no sentirse identificada ya con la persona que empezó a escribirlo. Yo a veces tengo la misma sensación. Leo posts antiguos y apenas me reconozco. Esas penas y esas alegrías que hace tiempo me preocupaban o me causaban esperanza ya han desaparecido y han dado lugar a otras nuevas, más escasas en número pues la estabilidad conseguida han apaciguado lentamente mi carácter cambiante y combativo, de culo de mal asiento... y es por eso que muchas veces siento que no tengo nada que contar, a no ser que quiera volver a antiguos fantasmas... o a antiguos recuerdos... y relatar de nuevo lo que he relatado un millón de veces.
Mi vida actual cada vez es más serena y tranquila. Los conflictos o bien son menos o bien los voy tomando como pequeñas cosas del destino, disfracciones latentes que no requieren tanta importancia desde mi parte, pues si algo he aprendido con el tiempo es que los problemas, las cosas malas, esos sentimientos que nos pesan... son de esa forma porque queremos, porque no sabemos separar y ser sinceros con nosotros mismos para decir; Basta... el mundo no se acaba aquí.
La vida sigue, amigos míos... Las cosas fluyen... y lo que ayer era una cruel batalla hoy es nada más que un leve sobresalto que dura lo que dura un suspiro. Nada.
Ya no hay poemas de amor que dedicar, al menos por aquí. Ya no hay recuerdos de un pasado perfecto en el caos...pues yo pensé que la curiosidad dada por esta situación era lo mejor que uno podía tener, sobre todo para no caer en el aburrimiento, en la monotonía.
Ahora sé que todo conlleva un orden y un tiempo. Quizás, puede ser también... ya no le guardo rencor ni a nada ni a nadie. El tiempo pone a cada cosa en su sitio, esa era mi esperanza... la gran revelación ha sido que, si el tiempo pone cada cosa en su sitio, ya no tengo tiempo ni ganas de saber cual es este sitio. No me importa. Que se quede allí que yo... me quedo aquí.
Se van cerrando etapas y momentos. La libertad cada vez está más cerca. Pero la libertad no es hacer lo que deseas... la libertad es saber que venga lo que venga, tengas lo que tengas... es sencillamento por motivo de un proceso que se llama vida. Hay que aceptar. ¿Intentar cambiar? No... sólamente adaptarse, disfrutar... y no comerse mucho el coco con asuntos que, ni en cien años de soledad... podrían tener solución alguna.
Ahora tengo ganas de reír y de amar. Ahora tengo ganas de recordar sólamente cuando lo deseo... y no cuando me reconforta para huir de sucesos y situaciones presentes.
Seguiré escribiendo... os seguiré contando.... pero teneis que saber que después de tres años, no soy el mismo, y en eso no os puedo engañar, ya que siempre habéis sido fieles. Luego yo también tengo que serlo con vosotros.
Un abrazo a todos.
Gracias.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
1 comentario:
Hola, querido Salva. Felicidades por tus tres años de existencia en el blog y que, si te sigue apeteciendo, o sea ,si te sigue dando la real gana de compartir tus experiencias con el resto del mundo, hazlo como lo has hecho hasta ahora.
Eres auténtico.
Un abrazo! Yus
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