Esta tarde, mientras iba a trabajar, me he acordado de cuando iba a recoger a Laura a su casa; de eso ya hace más de diez años... Pero bueno, el caso es que me he acordado... Y por un momento he tenido la misma sensación de humedad y semi tristeza al andar por el casco antiguo de esta ciudad; Málaga.
Laura vivia en calle Álvarez, una calle estrecha y de casas viejas, al lado de calle Carretería... Pues eso; que yo, con ilusión de niño enamoradizo iba a recogerla para dar una vuelta o simplemente ver la televisión la tarde del domingo y tomarnos un té con sus gatos dando la lata alrededor.
Es curioso cómo las calles de una ciudad te ven crecer y hacerte lo que Dios quiera que te hagas... Y esas calles guardan para ti recuerdos de tiempos pasados, experiencias y sensaciones que vuelven a repetirse aunque ya nada sea igual.
La gente de aquella época ya se ha marchado... A unas las eché yo, otras se fueron porqué no quisieron saber nada de mi... Y de vez en cuando, nos cruzamos... Nos miramos, o quedamos porqué tenemos amigos en común, pero eso... Nada.
En fín...
Las calles de Málaga guardan miles de sabores; agridulces, amargos, dulces... Secos, sinceros... Aberrantes... Cada sabor va unido a un recuerdo... Y cada recuerdo a una experiencia.
De vez en cuando paso por calle Álvarez y me imagino pegando de nuevo a aquel portal, a aquella casa de la que ya de seguro nada quedará, pues están reformando todo el centro y el aroma antiguo, a vieja bohemia... Se esta yendo con la reforma.
Bueno, pues eso... Que el tiempo pasa, amigos mios... Pero las calles siguen siendo calles.
Y nosotros seguimos siendo nosotros... Para bien o para mal.
Un beso.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario