Estoy pensando en una cosa muy curiosa y es que desde hace un mes estoy tan tranquilo y tan feliz que apenas tengo nada que contaros. Esa es la verdad.
Me gustaría poder hablaros de intrigas palaciegas, de amores ofendidos y no correspondidos, de mentias, de calumnias, de malos ratos... En una palabra; de la vida. Pero afortunadamente nada de esto ocupa actualmente un lugar importante de mi vida.
En la escuela soy claro; ya he dicho y advertido que este año paso de todo el mundo. Voy a lo mio. Con todas las consecuencias. Sin verguenza. Sin problemas. ¿Qué no puedes ensayar porque no tienes aula y yo tengo una mejor que tú? LO SIENTO. ¿Qué el profesor te hace la vida imposible y necesitas a alguién que luche por ti? LO SIENTO. ¿Qué necesitas algún consejo para salir del tunel dramático en el que te encuentras porque aún no has dado con la tecla de la obra que estás preparando? LO SIENTO. Juré, juro y juraré que este año, pase lo que pase, es mi año. Un año para mi. EGOISTAMENTE PARA MI. Ya me cansé de mirar hacia detrás, buenos y malos tiempos pasados no volveran. Ahora tengo que estar pendiente de mi, de lo que me gusta, de lo que me preocupa... De lo que me llena.
Y me da lo mismo, inmensamente lo mismo, caer bien o caer mal. Con que caíga ya me doy por satisfecho.
Me paso los días, las horas... Las noches pensando en el teatro. Las clases y con ellas los momentos pasan rápidamente. Apenas me doy cuenta de que cadsa tarde paso 6 horas en un lugar que hasta hace poco menos de un año me resultaba insoportable. Ahora quiero más, tengo sed... Sed por aprender, sed por saber... Sed por montar las obras que a mi me gustan, y no las que les gustan a los demás.
Fuera de la escuela todo perfectamentre bien. No me canso de salir, de entrar... De reir. Ya se termino el llorar, el quejarse, el pensar que esto u lo otro puedo ser así o de esta manera. Ahora es ahora y dentro de un minuto ya no será ahora será fué. Es por ello que aprovecho el momento, mi momento, los momentos con los demás... Y una copa, una buena conversación, una risa o un baile cualquiera me hacen sentir cómo un ser con la fuerza y a la alegría de mil mares. Y es que hace mucho que no pasaba estos momentos, hacía mucho que no tenía tiempo para dedicarme a mi, para saber lo que realmente quería hacer y en que quería gastar mi vida...
He sido consciente, por primera vez quizás en mi vida, que antiguas relaciones amorosas y de amistad me han arrebatado un tiempo precios que hubiera necesitado para conocerme más a mi mismo. Es por ello que ahora, que no tengo ataduras de ningún tipo, me abro sinceramente ante todo tipo de posibilidades, juergas, charla, salidas nocturnas, cafés, cines, teatros, miradas en el bus, llamadas telefónicas... Sueños. Ilusiones. Ahora no tengo prisa. Nadie me espera ni en casa, ni en el teléfono ni en la calle... Ahora al que esperan es a mi. Y esto es cierto, un ejemplo de ello es que (y aunque suene a metáfora), ahora siempre llego tarde cuando quedo con alguién. Me da igual llegar media hora, que un cuarto de hora... Que dos o tres minutos. Ahora no tengo prisa. Ahora pienso, si de verdad merece la pena, me esperarán... Y eso es lo que pasa. Ahora me espera todo el mundo. Cuando siempre fuí yo el que esperaba a los demás.
Y es lo que hay. Y al que no le guste, puerta. Puerta ancha, donde se ve un horizonte desde donde esa persona, sea quién sea, se puede perder de mi vista. Yo le doy toda la libertad... Cómo siempre di. Pero ahora esta libertad que ofrezco no esta llena de miedo, al contrario, esta llena de amor, de amor verdadero... Vete, nena, porque te haré perder tu tiempo. El mío, amor, ya lo pierdo yo solo.
Y llevo esperándo esta catarsís, este cambio en mi, mucho tiempo. Y doy de corazón las gracias a todas esas personas que con sus errores y sus aciertos cuyo principal afectado era yo, me han dejado pista abierta y sentido de la realidad para valorar que más vale pensar en ti, que no en los demás.
Ahora veo más cine que nunca, ahora leo más que nunca, ahora escucho más música que nunca, ahora beso más que nunca, y seduzco más que nunca... Y todo ello con la libertad de un pájaro que no busca cama, sino pajar... Y que encima no se siente mal por ello pues ha aceptado que uno debe vivir su vida física cómo piensa en su vida mental. Así pues ahora me ven paseando por los parques escuchando música, hablando con este, el otro y la otra... Riéndo a más no poder... Pasando de todo aquello que me haga pensar en aferrarme a una persona o a alguna cosa... Simplemente disfrutando de todo. Sin pensar en nada. O mejor dicho; disfrutando de todo sin pensar que lo mejor me espera dentro de un rato. Ese rato futuro no existe, existe el rato presente... El de después, de seguro también será maravillo, pero de momento, y sintiéndolo mucho, no me interesa.
Y ahora, muchas noches, desconecto mi teléfono, para que nadie pueda localizarme, pues la noche, algunas noches, son solo mías. Y no quiero que nadie me despierte de mis sueños, de mis sueños actuales que son realidad diaria. Y es por eso que, dónde antes había una nube, ahora hay un sol. Dónde antes había rencor ahora hay olvido. Dónde antes había silencio... Ahora hay ruidosa música.
Y eso es, amigos míos, lo que os quería contar.
Un beso a todos.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario