jueves, 24 de mayo de 2007

CALLE RAMÓN ALARCÓN. (MÁLAGA).

Conocí a Toñi en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga. Era una chica muy divertida que asistia conmigo a las clases de escenografía. Ella estaba en tercero de interpretación y yo en primero de dirección. Desde el momento que la vi supe que iba a ser una gran actriz, o al menos que la interpretación se le daba muy bien. Meses más tarde tuve el placer de dirigirla en una obra de teatro que realice para la diputación de Málaga y allí ratifique mi idea de sus grandes dotes para la interpretación.

El caso es que el mes de Junio llegó y decidimos irnos a vivir juntos y compartir nuestra aventura con una tercera persona. Toñi estaba viviendo con otra chica, Inma, y las dos estaban algo cansadas del piso dónde residian, entonces buscamos otro, (creo que fue Toñi la que se encargó del trabajo duro), y el uno de Julio del año 2005 entramos a vivir en un piso de la calle Ramón Alarcón, en Málaga.

El piso era muy grande pero parecia un museo. Cientos y cientos de objetos de todas las épocas se exponian orgullosamente en un mueble con vitrinas. Los sillones estaban algo carcomidos y las lámparas que colgaban del techo parecian sacadas del decorado de una película de Sisi o Drácula, según el momento del día...

...Pero nosotros éramos felices. Cómo en el piso sobraba una habitación más y para repartir los costes del alquiler decidimos meter a una nueva chica. Se llamaba (y se llama) Marina.

El primer fin de semana que coincidimos todos en el piso nos fuimos a celebrarlo por la noche a la playa. Compramos una botella de ron, otra de vodka y múltiples tabletas de chocolate... El ciego que pillamos fue bestial, sobre todo para mi... Recuerdo tener que ducharme con agua fría a las tantas de la mañana, y cuando me tumbe en la cama, el poster que tenía en la pared del PADRINO II, con la imagen de AL PACINO pistola en mano, parecia que habia tomado vida propia y se queria abalanzar sobre mi.

Recuerdo las primeras semanas en ese piso. Solia cenar en la gran terraza. La temperatura era tremendamente agradable y muchas noches nos quedabamos en ese balcón hablando hasta las tantas de la noche. En agosto unos amigos de Barcelona vinieron a visitarme y se quedaron en ese piso. Mis compañeras estaban encantadas y pasamos dos semanas de desmadre total... Bebiendo alcohol, bailando, hablando... Hay fotos de aquellosm días que quizás, y sí me dan permiso, os pueda enseñar.

Yo estaba muy feliz porque era la primera vez que vivia solo en una casa. Sin padres, quiero decir. Cierto es que antes habia vivido en Barcelona, pero residi todo el tiempo en casa de unos familiares, así que vivir en ese piso fue para mi la primera experiencia autosuficiente que la vida me ofrecia. La sensación de libertad que sentía en aquel piso era inmensa... Quizás la más grande que he sentido hasta la fecha. Amigos y amigas venian a visitarme y hasta altas horas de la madrugada manteniamos conversaciones muy interesantes bajo una buena copa de vino, algo de música o simplemente la televisión de fondo.

Ese verano, (por cosas que quizás algún día os pueda contar) estaba siendo algo confuso y complicado para mi, y necesitaba un lugar donde poder dar rienda suelta a los pocos momentos de calma, paz y tranquilidad que deseaba. Y aquel verano, gracias a mis tres compañeras, a ese piso y a muchas horas de conversación, encontré la via de escape que mis nervios, mi alma y mi conciencia necesitaban para poder seguir hacia delante.

El verano termino y vino el otoño. Y allí seguíamos nosotros, en nuestro piso. Y luego llegó el invierno, y celebramos mi cumpleaños con una multi fiesta en la cual lo pasamos muy bien. Y llegó también la navidad, mis tres compañeras se fueron a sus pueblos, pero yo me quede en el piso, llame a unos amigos y estuvieron toda la navidad conmigo. Fueron días muy divertidos. Viendo películas. Haciendo de comer. Escuchando música. Fumando hasta las tantas...

En el mes de Enero, o quizás antes, dos de las chicas comenzaron a tener problemas personales y la situación en el piso cambio un poco... Yo intentaba no meterme en medio de sus discusiones, pero a veces estas eran grandes y entonces no habia más remedio que cortar por lo sano. (Esto es lo malo de vivir con muchas mujeres, chicos, que a veces se tiran los trastos a la cabeza. Ya sabeís... Es una lucha de egos, jajajja).

En Marzo, y cómo siempre pasa, tuve que salir corriendo de aquel piso en el que tan bien lo habia pasado. Mi padre se puso enfermo y la familia necesitaba que yo volviera a casa, entonces no tuve más remedio que regresar y abandonar a mis tres compañeras, mi libertad y mi gran sensación de felicidad.

Han pasado dos años pero cada día añoro más ese piso. He pensado en volver sólo que ahora tendría que convivir con dos personas nuevas más Marina. A Marina ya la conozco, me cae super bien, jamás hemos tenido un problema... Pero hacer el esfuerzo de conocer a otras dos personas, de empezar con las mismas conversaciones para derretir el hielo y todo ese rollo me da una pereza horrible... Y que diáblos, ¡llevo dos pisos compartidos, ahora quiero vivir solo¡¡¡

Muchas veces vuelvo al piso de visita. Y las niñas me dicen que parece, cuando estoy sentado en el sofá, cómo sí no me hubiese ido nunca. Y cada vez que entro por esa puerta sigo teniendo la misma sensación... Felicidad. No miento si se que no todo es por el piso, también fue por las personas que viviamos en él, entre nosotros se crearon grandes y sinceros lazos que nos hicieron sentirnos en muchos momentos una familia de verdad. Ellas me han visto llorar y yo las he visto llorar a ellas, así que todo quedaba entre nosotros y esas cosas no se pueden olvidar, ¿verdad?

Lo que trato de deciros es que en esas cuatro paredes, en ese edifico de viviendas familiares, en esa calle de Málaga... Yo fuí feliz. ¿Quedara ese sentimiento impregnado en las paredes de aquel piso? ¿Habrá una memoria latente y silenciosa en cada uno de los objetos que alguna vez toqué o mire? Son preguntas que jamás podremos responder. Lo único que sabemos con certeza es que ese lugar esta muy dentro de nosotros. Los mejores años de nuestra vida... Sí señor.

Este Post es un sincero homenaje a Marina, Inma y Toñi. Marina, muchas gracias por esa complicidad que siempre hemos tenido. Gracias por esas risas y esos comentarios. Inma, muchas gracias por esas conversaciones dónde poco a poco fuimos ahondando dentro de nosotros mismos, y muchas gracias también por ser siempre tan amable. Toñi, muchas gracias por haberte preocupado por mi ese verano... Se que estabas agustiada de verdad, pero a veces tu angustia por mi se sumaba a la mía y entonces todo parecia tremendo, oscuro... Y ya no me quedaban fuerzas. Ahora, tiempo después, se que en muchas cosas que decias con respecto a mi situación tenias mucha razón... Pero desgraciadamente nunca se es consciente a tiempo.

Mil gracias a las tres. Calle Alarcón siempre será la calle dónde mis ilusiones (las más sencillas, hermosas y sanas que he tenido en mi vida) se hicieron realidad.

Cuidaros¡¡¡

PD: Terremoto, te va a pone cómo una foca... Tengo el corazón contento, el corazón contento y lleno de alegría... Palabras, palabras, palabras....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y a tí, Salva, gracias por ser único, te llevo dentro muy dentro, aunque a veces tus predicciones no son acertadas, pero tus letras y tu corazón están llenos de hermosura.

fuegoensagitario@hotmail.com dijo...

Muchas gracias a ti, Toñi. Gracias por haber compartido conmigo muchos momentos buenos y malos. Al fín y al cabo es lo único que tenemos... Lo único que somos. Esos momentos nos hacen diferentes, pero iguales.

Dicen que hay que vivir para sentir... Es mentira; hay que sentir para vivir... Y todos nosotros, en ese piso, hemos sentido muchas cosas.

Todas ellas, buenas y malas, no las cambiaría por nada en el mundo. Por nada.

También dicen que las palabras se van cómo el viento, o se pierden cómo lágrimas en la lluvia.... Totalmente mentira. Las palabras significan y muchas de ellas, de las que nos dijimos todos en aquel piso, aún tienen un lugar en mi corazón.

Disfruta de todo lo que venga a partir de ahora, Mamá¡¡¡

¡¡¡Petones¡¡¡

(En catalán, no se sí en mallorquín, significa BESOS)

Muak¡¡¡