Michelangelo Antonioni es un director de cine italiano que nació en el año 1918. Comenzó a hacer documentales y a mediados de los años 50 se lanzó a dirigir películas de ficción.
Decía Antonioni que la etapa neorrealista ya estaba acabada en el cine italiano. Comentaba por aquellos tiempos que el problema del hombre italiano no era "conseguir bicicletas para trabajar decentemente", ("Ladrón de bicicletas", de Vitorrio De Sica), sino intentar descubrir el interior humano de ese hombre, diseccionar el alma de unos seres humanos que viven en una modernidad recientemente establecida.
He aquí el tema por excelencia de la obra de Antonioni; el hombre en el mundo moderno. Sus sentimientos, sus problemas, sus carencias... Su soledad.
En el año 1959 Antonioni presenta en Cannes su film titulado "La aventura". No tiene una acogiado muy buena. Es abucheado, tomado a risa. Críticado hasta la saciedad. Una semana más tarde su film gana un premio especial del jurado "Por su nuevo lenguaje cinematográfico y sus imágenes de gran belleza".
¿Por qué "La Aventura" fue recibida tan hostilmente? Pues porqué hasta ese momento nadie se había atrevido a hacer una película cuya historia fuera una no-historia. Cuyo eje central fuera el vacio de un argumento que en vez de avanzar hacia un destino establecido por las leyes de la poética y dramaturgía imperantes, avanzaba cómo suceden las cosas en la vida real... Lentamente, con momentos muertos, instantes sin aparente nexos de unión que se iban sucediendo uno detrás de otros.
Dos años después rueda "La noche", la historia de un matrimonio que esta abocado a la destrucción. Ella se pasa toda la película recorriendo las calles de Milán, mirando todos los edificios, todas las personas que se encuentran a su paso... Él hace lo mismo y vaga por los pasillos de su casa sin hacer nada que sea importante para la trama principal... A mitad de la película el matrimonio es invitado a una fiesta burguesa y es aquí dónde Antonioni utiliza todos los recursos cinematográficos disponibles para hablar de una sociedad y unas personas que no tienen nada que hacer ni nada que decir... Que alimentan su tiempo con palabras vacias y relaciones amorosas que ya están muertas mucho antes de empezar.
En 1962 Antonioni presenta "El eclipse", para mi su gran obra maestra, su mejor película y uno de los filmes más bellos, duros e interesantes de todos los que en hombre ha realizado jamás. "El eclipse" es un film de silencio. De eternas secuencias dónde no pasa nada, pero una mano tocando un objeto, una mirada hacia el cielo, un paseo en avión o una cita amorosa dónde apenas se habla de amor, ofrecen la oportunidad de asistir por dos horas a una radiografía tremendamente certera sobre cómo somos (y seremos) los hombres y mujeres de nuestros días.
Después vienen dos filmes muy importantes; "El desierto rojo" y Blow Up". "El desierto rojo" trata de la neurosis, de la soledad... Y cómo no, de la eterna incomunicación. "Blow up" trata del acto de ver.... Del acto de escudriñar una realidad de la que a veces se nos puede escapar muchos detalles.
En el cine de Antonioni las mujeres fuman asomadas a la ventanas, hablan de amor con una inseguridad y un miedo que pone los pelos de punta, pasean y vagan por unas ciudades dónde la vida esta tan muerta cómo ellas mismas, hablan de colores, sabores y olores de una forma totalmente natural, neutra... Vacia.
"Hay días en los que un coche, un lapiz o un hombre me parecen la misma cosa", dice la protagonista de "El eclipse", Monica Vitti.
En el cine de Antonioni los hombres pasean por sus domicilios cómo espiritús en pena, hablan del arte cómo sí fuera una dura condena que Dios ha impuesto a unos pocos privilegiados, se embelesan con el sonido de las hojas de los árboles, juegan a cortejar damas qué sólo buscan un trozo de tiempo para poder perder y consumir. En el cine de Antonioni los hombres lloran al amanecer... Lloran porqué se dan cuenta que el timpo ya se ha ido. Y no habrá una nueva oportunidad.
En las antípodas de Fellini, Antonioni construye sus historias de fuera hacia dentro, Fellini de dentro hacia fuera. Antonioni quiere mostrar y muestra... Pero no juzga. Es un excelente diseccionador de una realidad contemporánea que afixia, mata y anula cómo persona. Antonioni elabora largas secuencias visuales cuyo eje central son unas imágenes y unos sonidos tan claros, habituales y certeros que logran caer por sí solos en un punto de abstracción pocas veces conseguidos.
En el cine de Antonioni una piedra es una piedra, un reloj es un reloj y un ser humano es un ser humano. De cómo están relacionados todos estos elementos en la puesta en escena nace la grandeza de un director que tendrá que ser reconocido cómo uno de los mayores artístas plásticos de nuestro tiempo.
Sí me gusta Antonioni es porqué creo que en su cine hay una gran dosis de verdad. Mucha veces lo comparan con Godard, pero esto es un engaño. Godard manipula, maniquea, finge una complejidad linguistica que no existe de por sí a no ser que este elaborada para estos fines. Antonioni es claro, no engaña, no manipula... Antonioni expone unos hechos, (momentos) y cada cual puede juzgar lo qué con ello quiere decir.
Cine de muchas direcciones e interpretaciones, las historias y las películas de Antonioni están hechas para el disfrute del ojo y de la vista. No es un cine preciocista... nada más lejos de la realidad. Es un cine de la caligrafía cinematográfica. De la densidad de unos elementos y unos hechos que hablan por sí solos.
"He sentido la necesidad de seguir a mis personajes con la cámara aún incluso después de haber dicho corten. Siento esa necesidad porqué el ser humano es mucho más interesante cuando se encuentra en soledad. Cuando no tiene nada que hacer. Lo que me interesa es lo que pasa antes y después de un hecho en concreto. Eso es lo importante. Sus causas y sus consecuencias. Odio el ritmo que el cine tiene impuesto en nuestros días. La vida real no es así. No todo pasa para conseguir un climax, una meta... Síno que los hechos banales o no, se van sucendiendo unos a otros y es a nosotros mismos los que nos corresponde ordenador estos hechos, analizarlos y saber sí de verdad sirven para algo o no. El cine cómo medió de comunicación esta muerto. El cine debe de mostrar. Contar. Pero no con las narrativas imperantes, sí no con la narrativa que un biólogo tendría al mostrar unos virús en su microscópio. Sólo así se puede salvar el cine en nuestros días. Lo demás es mentira".
Eso es lo que me apasiona de Antonioni; es un científico del séptimo arte. Utiliza sus herramientas para intentar mostrar (pero no analizar) el porqué de un mundo y unos seres humanos que han venido a la realidad para nosé que consecuencias.
A continuación os dejo una relación de sus mejores películas.
Yo las tengo todas. Sí os interesa, ya sabeís.
"La aventura" 1959
"La noche" 1961
"El eclipse" 1962
"El desierto rojo" 1964
"Blow up" 1966.
"No hay un cine difícil. Hay espectadores vagos".
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