Esta tarde he visto un fantasma.
Y ese fantasma era yo mismo.
He viajado a través de mi interior y he mirado en todas y cada una de las esquinas que guardo dentro de mi ser.
Esta tarde mis ojos han visto ha través de otros ojos y lo que han encontrado por un momento me ha llenado de terror y pena.
La historia de un cobarde... La historia de un cobarde forajido del viejo oeste que siempre lleva dos buenas pistolas... Pero no se atreve a cargarlas.
La historia de un jugador de poker que sabe que tiene suerte... Pero no tiene el coraje suficiente para jugarselo todo en una partida a vida o muerte.
La historia de un escritor que se aferra a la mentira, a la ficción más despiadada, para creer así que todo esta a su favor. Para no tener que dar explicaciones.
Después de ver a ese fantasma me he sentido mal... Abandonado... En la más oscura de la soledad que yo mismo me he buscado.
Y entonces, sin apenas darme cuenta, sin esforzarme por ello... De verdad, de corazón... He sentido la necesidad de pedir perdón.
Y lo he pedido.
Nuria me ha dicho que la gente que esta a mi alrededor se siente de paso. Y no por ellos, sino por mi. Por una actitud que a veces dejo sacar a la luz... La actitud de aquel que esta de vuelta de todo. Que no mueve un musculo por una ilusión, por una mirad... Por una palabra.
Y Nuria tiene razón.
Yo enseño mi fabulosa isla desierta y bella. Invito a la gente a venir hasta ella. Pero luego, cuando la gente acepta y tiene ganas de zarpar conmigo hacia ese paraiso, las dejo a la deriva. Son ellos los que tienen que acceder a ese lugar por sus medios... Porque yo, desde hace mucho... Ya vivo en ella.
Nuria dice que voy a la velocidad del rayo y que seguir mi ritmo a veces es imposible. Ella me invita a pararme, ha reflexionar de vez en cuando... Y a mirar a los ojos de la persona que esta a mi lado, y a entender y a aceptar que mi velocidad de vida no tiene que ser la velocidad de los demás.
Así que de pronto lo he visto todo claro;
De tanto vivir la vida sin freno... Me he olvidado de vivir los detalles pequeños.
Una a una, a todas las personas que he conocido, a todas las personas que he echo daño directa a o directamente, a todas las personas que engañe con una forma de ser que no era mia, a todas esas personas que no acepte, bien por su ritmo de vida o bien por su forma diferente de querer amarme, o de querer relacionarse conmigo... A todas esas personas que, sin saberlo o sabiendolo, he herido, ignorado o no he entendido;
Mi más sincero, humilde y largo perdón. Por siempre y para siempre.
Un beso a todos.
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Hace 6 años
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