Estaba mirando mis fantasmas en la gran pantalla cuando Claudia ha llegado. La he visto detrás, en la oscuridad de la gran sala vacia y solitaria de mi vida.
Claudia se ha acercado, me ha mirado, ha sonreído y luego me ha dicho "Ven".
Nos hemos montado en un coche y en la noche oscura hemos partido hacia un lugar que aún no se ha definido.
En el trayecto ella estaba tranquila, pero yo algo inquieto. Uno a uno miraba todos sus gestos. Su mano en el volante, su pelo negro cayendo por su cuello, sus ojos profundos.
De vez en cuando ella me lanzaba una mirada furtiva... Y de nuevo, zas... Esa sonrisa de alguién que te juzga, que te conoce muy bien, que sabes que estás en un aprieto... De alguién que te hará descubrir el porque de tus miedos.
Claudia y yo hemos llegado a un sitio extraño. Era un campo, con una casa abandonada. Nos hemos bajado del coche y ella se ha sentado en un pequeño escalón de la citada casa. Luego ha continuado mirándome.
Yo, algo nervioso, no he sabido cómo empezar la conversación... Pero ella es mi alma, es mi yo... Me conoce tanto cómo yo a mi... O mejor dicho, ella me conoce más que yo a mi mismo.
Claudia- le he dicho- ¿Serías capaz de dejarlo todo por amor? ¿Serías capaz de abandonar la parte más sincera y privada que tienes dentro de ti para compartirla con otra persona?
Claudia se ha callado. Ella siempre me deja hablar.
- ¿Serías capaz de renunciar al miedo que te producen las cosas cotidianas, la vida normal... Y transformar ese miedo, en una alegría sincera y tranquila con una persona que de verdad te ame?
- Y tu, ¿La amas?
- No se... Podría.
-No, se ama o no se ama.
-¿Sí?
-Claro...
-No... No sería capaz.
-¿Por qué?
-Por que tengo miedo.
-Porque no sabes amar.
-Por que sentir que alguién te pertenece... Y tu a ella.
-Porque no sabes amar.
-Por que no sabría como empezar... Ni cómo mantenerlo.
-Porque no sabes amar.
De pronto se ha hecho un silencio. Un halo de misterio y meláncolia envolvía el ambiente.
Entonces Claudia se ha levantado. Ha venido hacia mi y ha puesto su rostro en mis mejillas.
Yo he sentido un escalofrío.
-Esos miedos nacen de uno mismo-Me ha dicho-No debes dejar que afecten a la verdad.
-¿Qué verdad, Claudia?
-La verdad de querer sin condiciones, sin tiempos. En paz.
-Esas palabras...
-Esas palabras son hermosas... Y no siempre llevan implicadas una responsabilidad sobrehumana cómo tu piensas.
-Pero dime... ¿Cómo se hace?
-¿Cómo? Aceptando que tu error pasado no será el error del futuro. Dejándote llevar sin presionarte sobre lo que eres o no eres capaz de hacer. Sintiendo cada momento cómo un momento único. Superando lo malo con algo bueno. Disfrutando lo bueno sabiendo que es parte de lo malo. ¿Lo entiendes?
-Sí, claro... Pero dime, ¿Cómo se hace?
-Sabiendo amar.
Claudia y yo nos hemos montado de nuevo en el coche. Nos hemos alejado de esa casa y ese campo que parecen abandonados por el paso del tiempo.
Claudia me ha dejado en casa, se ha despedido de mi y ha partido con su coche negro y elegante.
Espero volver a verla.
A veces su claridad, su verdad y su certera disección de todo lo que pasa... Me viene muy bien.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
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