domingo, 21 de marzo de 2010

REFLEXIONES TONTAS DE UN DOMINGO POR LA NOCHE

Últimamente, y cada vez que veo la hora en el reloj, me encuentro con curiosos números que me hacen pensar en que quizás me quieran decir algo. Así que llevo dos semana o tres que cuando miro el reloj son; las 14:14... o las 22:22..... a veces son las 00:00 y otras veces, muchas noches, quizás por esto del ritmo interno del cuerpo, siempre me desvelo a la misma hora... y lo certifica el reloj de mi móvil, siempre, siempre... a las 05;43 minutos de la noche. Yo siempre he sido de letras, los número me han caído mal, muy mal... apenas los entiendo y siempre me costó hacerme a ellos... pero estas pequeñas pistas númericas que son.... ¿Señales de algo o un mero producto de la casualidad?

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Ayer una rubia imponente me quería llevar a casa. Es una clienta de la discoteca que todos los fines de semana, sobre todo los sábados, se pasa por allí. El caso es que yo salgo a las 4:30 de la noche y estaba esperando el taxi, (ya lo había llamado), cuando la rubia salió y me dijo de llevarme a casa, ya que ella volvía a la suya. Le dije que no, más que nada porque el taxi ya venía de camino y lo habría tenido que pagar de igual modo... y también porque, cómo me dicen desde pequeño... "nunca debes subirte a un coche con un desconocido". Una rubia y un coche... lo que no me ocurra a mi... pero he aquí la vida... preferí irme en un taxi. Sé que no es comprensible. En realidad, a veces, ni me entiendo yo a mi mismo, jajajja.

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Ahora soy yo el que me río. Y me río porque no quiero volver a lo mismo de siempre. Paso. Estoy cansado de decir que esa gente extraña y pasada ya no le aporta nada a mi vida... pero alguién quiere que nos volvamos a unir... quizás para recuperar el tiempo perdido... quizás para tranquilizar conciencias de hechos que se hicieron mal... pero yo, que lo digo aquí y donde haga falta... tengo mi conciencia muy tranquila... y ahora soy yo quién decide con quien perder mi tiempo, que por cierto, es mi bien más preciado. Así que ya no hay vuelta atrás. Cerrando puertas. Con cerrojo. Y tan a gusto que se queda uno, oíga...

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Hoy he vuelto a ver "la ventana de enfrente" y me sigue pareciendo tan fascinante como la primera vez que la vi, hace ya algunos años. Es la historia de las decisiones que tomamos y como éstas nos pueden afectar en un futuro, en la vida que a partir de ese momento vamos a llevar. Es la historia de una mujer que necesita verse desde fuera, alejarse de si misma para saber que los sueños, sueños son... y que a veces la realidad debe ser aceptada si no queremos ser sombra de lo que somos. Es una historia de un amor imposible... y de otro que quedó en el olvido.... pero para siempre. Es una de esas películas que te arropan el alma, te hacen volar durante hora y media y luego, como por arte de magia... te dejan nuevo, con la enseñanza de que el arte, a veces, es una escuela perfecta para la vida.

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Lo mismo de siempre... yo creo que somos algo masocas. Es una historia de fuerzas, de cabezonerias, de no aceptar lo que en algún momento, nos hemos planteado seriamente... de no aceptar que cuando el río suena es que agua lleva... aunque nos guste ahogarnos en ella, de lleno... esperando ser sálvados.

Así que cuando yo doy señales de vida... ella no las da. Cuando ella da señales de vida yo no las doy... y así un tiempo, y otro, y otro... y los días pasan, las noches... y una pregunta fácil y simple aparece por mi mente, ¿no sería mejor dejarnos de juegos? o mejor dicho, ¿terminar la partida y empezar la revancha?

Jamás entenderé a las mujeres... y eso es, precisamente, lo que me gusta de ellas. Hasta la próxima señal, amiga.

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