martes, 25 de septiembre de 2007

HABLAR DE TI

(Dedicado a ti... Ya sabes)


Hablar de ti es hablar de un tiempo,
tiempo qué disfruté, disfruto y disfrutaré.

Hablar de ti es hablar de un amor qué se fué.
Pero el tiempo cada día lo hace más dulce.

Hablar de ti es hablar de una amistad qué nace,
cada día, cada hora... En mi pensamiento.
En mi realidad.

Hablar de ti es hablar de una ausencia,
cada día más grande, cada día más pequeña,
dónde el recuerdo pasado y la ilusión futura
se llena de esperanza.

Hablar de ti en pensar en una revista arrugada,
en una charla reciente,
en el sol de una playa en la qué jamás nos bañamos...
En unas idas y venidas qué recibo alegre,
feliz...
Con ganas de contarte.
Ganas de saber de ti.

Hablar de ti es hacer todo lo qué ya no hago;
abrirme,
sincerarme...
Conocer lo qué tú y yo llevamos dentro,
cómo buenos amigos reunidos junto a una copa de vino...

Hablar de ti es pensar en todo lo qué dijimos,
en todo aquello en lo qué creimos...
Quizás en lo qué aun creémos...
Sin miedos.
Sin falsas esperanzas.
Con la libertad de saber qué todo
o nada
ya no nos puede hacer daño.

Hablar de ti es cantar canciones qué escuché;
en un cine, un coche...
En una noche de invierno frío,
en un día cálido de verano.
Letras olvidadas por el paso del tiempo,
pero a veces recordadas por el aroma del recuerdo.

Hablar de ti es sentir una ilusión.
Un encuentro después de mucho tiempo,
un nuevo temblor...
¿Amor, amistad, ilusión?
No hay palabras cuando no hacen falta.
Da lo mismo qué todo sea nada.
Y qué la nada lo sea todo.

Hablar de ti es volver a creer
en unos ojos qué siempre vuelven.
En una mirada qué llena de ilusión, miedo y esperanza
te cuenta poco a poco cómo va todo.
Y entonces,
sin apenas darte cuenta
sentir qué el tiempo pasado no siempre fué mejor.
O mejor aún;
qué los tiempos pasados aún no han terminado...
Sólo son diferentes.

Hablar de ti es hablar de lo qué hemos cambiado,
de mis aventuras entre tus ojos y otros ojos,
de tus aventuras entre mis manos y otras manos,
de los momentos dónde deseamos volver a vernos,
aunque sólo fuera para entender el porqué de nuestros caminos.

Hablar de ti es conocer otra parte de nosotros.
Espejos con rostros diferentes...
Difuminados, escondidos...
Llenos de verdad
vestidos de mentira.

Hablar de ti es amar a alguién cómo amigo.
Sentir qué un amigo es algo más qué un amante...
Buscar todo aquello qué nos hizo libre.
Amarrar todo aquello qué hoy, gracias a Dios,
nos hace diferentes.

Hablar de ti es jugar a un juego eterno...
Cuyas reglas son sólo conocidas por nosotros dos.
Empezar a caminar por el sendero de lo nuevo...
Apretar tu mano sin tomarla,
tocarte sin tocar nada...
Buscar en tus ojos mi mirar...
Buscar en mis latidos tu verdad.

Hablar de ti es hablar de lo mejor qué he tenido.
Y de una de las mejores cosas qué aún conservo.
Por mucho tiempo.
Por toda la vida.

Hablar de ti es ser sincero.
Hacer daño sin quererlo.
Hacer feliz...
Sin pretenderlo.
Sin oscuras intenciones...
Con colores en el cielo.

Hablar de ti es magnificar,
lo qué tú y yo queremos.
Sin caminos escondidos,
ni terrenos esparcidos.

Hablar de ti es empequeñecer,
lo qué un día fué un mundo entero...
Y entender qué entre segundo y segundo,
qué a veces se hace eterno...
Tus ojos y mis ojos,
aún sueñan con reflejos.

Reflejos de mi en ti,
reflejos de ti en mi...
De personas nuevas y escondidas,
de almas errantes y abatidas.
De momentos qué son y fueron.

Y hablar de ti, por supuesto...
También es el silencio.

Palabra triste quizás...
Pero con bellos segmentos.
Qué vienen y van por nuestras vidas,
sin miedo a quedarnos quietos.


Un beso.

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