Esta noche hace un calor horrible.
Hace un momento que me he despedido de Chabe en la plaza de la marina. Tenía ganas de volver caminando a casa para pensar un poco en mis cosas, pero al final, el cansancio y el calor han hecho que haya tomado un taxi y mis pensamientos durante el trayecto en vehículo han sido por tanto breves, pocos esclarecedores y algo ambiguos.
La verdad es que no tengo mucho que deciros esta noche (quizas nada), pero esto de escribir en mi blog se esta convirtiendo en una costumbre y cuando dejo de relataros durante un tiempo las cosas que me pasan o pienso, me siento algo culpable y entonces deseo con todas mis fuerzas encontrar el momento de escribiros algo. (O encontrar algo para deciros y por lo tanto para escribir, que parece lo mismo pero en absoluto es la misma cosa)
Hoy tenía la esperanza de ver a mi amiga Susana. Susana es una de las mejores amigas que tuve. Hace ya algunos años que se fué a vivir a Madrid, y la verdad es que desde entonces nos hemos visto poco, siempre rápidamente y en situaciones dónde una buena conversación eran casi imposible... Hoy, cómo os iba contando, habíamos quedado para vernos y charlar un poco, pero al final no ha podido ser.
Es una mierda eso de venir de vacaciones a tu ciudad pocos días y en ellos tener que ver a un montón de gente que te suplica un poco de tu tiempo. Yo he vivido esa situación varias veces y por experiencia propia os digo que no hay peor sensación que la de estar agobiados en tu propia tierra y con la distribución de tu propio tiempo... Por lo tanto, no te preocupes, Susi, ya nos veremos en otra ocasión y nos podremos contar todo lo que nos ha pasado (o nos esta pasando) en todo este lapsus dónde el tiempo y el espacio ha jugado en nuestra contra.
Susana era (y aún es), una gran tía. La verdad es que cuanto más tiempo pasa más tengo la sensación de que a pesar de nuestros malos momentos, nuestros problemas y nuestras broncas pasadas y continuadas lo pasamos de fábula. La verdad es que no recuerdo muy bien cómo Susana entró en mi vida o yo entré en la de ella... Sólo se que fueron unos años maravillosos dónde no nos cansamos de soñar con momentos y lugares muchos mejores de los que podiamos disfrutar por aquellos entonces. Ahora que el tiempo ha pasado quizás hayamos cambiado mucho y nuestros deseos o sueños se hayan perdido cómo lágrimas en la lluvia... Pero con Susana siempre se tiene la misma sensación... Una sensación extrtaña y placentera que te llena de seguridad y franqueza. Es cómo volver a beber de un buen vino que hace mucho tiempo nos dejo un buen sabor de boca. Y ya se sabe que los buenos vinos jamás se olvidan... Pues eso Susi, que a ver cuando nos podemos ver, nos ponemos al día y de paso nos vamos de juerga que falta nos hace, joder¡
Bueno....
Me voy a dormir ya que tengo sueño. Tantos días de marcha me están afectando al coco, al cuerpo y sobre todo a mi moral.
Un beso amigos.
¿Por qué apuntan a Sirio?
Hace 6 años
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